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 domingo, 05 de agosto de 2007  
Un misterioso crimen y diez años de impunidad
María Rosa Di Leo fue asesinada en su jardín de infantes. Alguien le pegó un tiro en la nuca

El crimen perfecto. Ese parece ser el caso del asesinato de María Rosa Di Leo, la maestra jardinera de 34 años asesinada el 7 de agosto de 1997. A dos días de cumplirse diez años de su homicidio aún no se sabe quién la ejecutó y por qué. Así, un manto de impunidad cubre uno de los episodios policiales más escabrosos de la década.

   El 7 de agosto de 1997, María Rosa recibió una llamada telefónica en su jardín de infantes Tardecitas de Sol, ubicado en Eva Perón 5467. La mujer que se comunicó con ella dijo estar interesada en inscribir a un hijo. Minutos después, sonó el portero eléctrico del edificio, María Rosa abrió la puerta y se topó con una mujer rubia, vestida con un tapado oscuro, que aparentemente habría sido la misma que telefoneó.

   Ambas entraron al jardincito y María Rosa cerró la puerta con llave. De las dos, sólo una salió con vida del lugar. La maestra jardinera fue encontrada muerta con un tiro en la nuca y apoyada sobre su escritorio. Había sido ejecutada a sangre fría con una pistola calibre 6.25 mientras escribía algo, aparentemente a pedido de la propia asesina.



Pistas. El juez que intervino en primera instancia fue Carlos Carbone. El magistrado siguió varias pistas, una de ellas fue la del crimen pasional. Tras varios meses de trabajo sin demasiados resultados, el 25 de noviembre de ese año, en Colón, provincia de Buenos Aires, fue detenida Miriam Lilian Buisart. Esa mujer había sido pareja de Luis Laplacette, quien al momento del crimen era novio de María Rosa.

   Buisart estuvo presa más de 700 días, pero la Justicia la dejó en libertad el 12 de noviembre de 2000. Siempre sostuvo su inocencia y fue absuelta por el beneficio de la duda.

   La sala IV de la Cámara de Apelaciones integrada por Guillermo Fierro, Rubén Jukic y Antonio Paoliccelli admitió el fracaso de las investigaciones para esclarecer el “perfecto asesinato” de la maestra.

   “Nos encontramos en un estado de perplejidad total frente a lo ocurrido”, señalaron los magistrados al absolver a Buisart, quienes además debieron reconocer que no se encontró ninguna prueba válida que determinara que ese 7 de agosto de 1997 la mujer haya estado en Rosario, en el jardín de infantes Tardecitas de Sol y que asesinara alevosamente a María Rosa Di Leo.



Reclamos. Año tras año, la familia Di Leo reclama justicia para la docente asesinada. “Estamos destrozados, siempre confiamos en la Justicia pero cada vez nos cuesta más seguir creyendo”, decía a La Capital Vito Di Leo, a cuatro años de ocurrido el asesinato. Por entonces, el papá de María Rosa afirmaba que “hasta ahora la Justicia no pudo dar respuesta al reclamo que venimos haciendo desde el primer día”.

   Y a pesar de que pasado mañana se cumplirá una década de ese homicidio que conmocionó a los rosarinos, aún no se sabe quién mató a la joven y por qué.

   Los padres de la víctima lucharon para evitar que este caso quedara en el olvido, “cajoneado en alguna oficina judicial”. Pero ya cuando habían pasado 4 años del hecho, Vito estaba casi convencido de que “eso es lo que está ocurriendo”.

   Los Di Leo siempre pugnaron para lograr que la causa no prescriba y se haga justicia. “Se hará justicia cuando den con la persona que hizo esto o cuando se llegue a esclarecer el hecho. Lo que yo quiero es que esto no termine en un cesto o en un cajón”, resaltó entonces.

   A pesar de la década transcurrida desde el brutal homicidio, los familiares siguen reclamando justicia, no olvidan a María Rosa y no se resignan a creer que existe el «crimen perfecto» y que ese fue justamente el destino para esta joven maestra jardinera.


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María Rosa tenía 34 años cuando la mataron en Eva Perón al 5400.

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