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domingo,
05 de
agosto de
2007 |
Con los amigos mexicanos
Flavio Cianciarulo disfruta tocando la guitarra en sus últimos discos. “Me gusta cómo la toco, no soy un guitar-player ni me interesa serlo. Me gusta más otro tipo de guitarrista, como Joe Strummer, por ejemplo. Pete Townshend, de los Who, me parece lo máximo. En cambio, con el bajo siempre fui un poco más ambicioso”, dice.
Sr. Flavio encontró su media naranja en México, lo que lo llevó a vivir un par de años en Monterrey. Y quedó fascinado con la experiencia. “Me fogueé en la vida en general. Vivir en México son otros tiempos, otras velocidades de vida que me resultaron muy interesantes. Si bien hicimos base en Monterrey, la idea fue viajar por todo México. La intención era producir bandas, porque en realidad toqué muy chiquito, en un barcito con la guitarra acústica. Y fue algo transitorio, porque yo quería volver a rockear”.
El nuevo disco mandingo lo grabó en gran parte en Monterrey: “Malito”, “Tropicana 50”, con coros de Pato de Control Machete, “Lucha libre lovers” y “Cristina”, con Juancho de La Vervena Popular. “Lo mexicano está muy cercano a mi corazón y a mi vida. Mi esposa es mexicana y mis hijos son argentino-mexicanos. Sin duda hay una gran parte mía enclavada en México”.
“Estoy al cien por ciento”, comenta. “Tengo dos libros escritos que están en la compu guardaditos, mostrándolos para ver si los publico; tengo a “Supersaund”, tengo la banda paralela con mi hijo, Misterio... No soy amante de los clichés, pero empiezo a creer eso de que después de los 40 uno se vuelve más productivo”.
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