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 domingo, 05 de agosto de 2007  
La raíz del problema continúa en la plaza
Politólogos dicen que el Estado no enfrenta la exclusión y alertan sobre el uso de la protesta social

Javier Felcaro / La Capital

Si bien el acampe terminó, la raíz de la prolongada demanda de ayuda social para los sectores más desprotegidos de Rosario todavía sigue plantada en la plaza San Martín.

   El politólogo Hugo Quiroga aseguró a La Capital que la protesta de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) evidenció el carácter estructural de la pobreza, “algo que acompañará al país por mucho tiempo”.

   “Aunque el poder político sea el principal responsable, de algún modo la miseria interpela a la sociedad y reclama, además, cierta tolerancia con los cortes de rutas o la toma de espacios públicos”, explicó.

   En esa línea, agregó: “Lo que hay es un reclamo, a veces social o jurídico, al Estado, donde se encuentra el núcleo de problema. Porque da respuestas provisorias de corte asistencial y no a mediano y largo plazos”.

   El profesor de teoría política de la UNR sostuvo que el acampe fue “una expresión reactiva a situaciones de exclusión absoluta, que debe ser tomada e institucionalizada en la democracia”.

   “Las únicas respuestas de fondo son las políticas públicas satisfactorias”, prosiguió, para luego reconocer que “es comprensible la molestia del vecino, no por razones estéticas sino porque se produjeron algunos desmanes”.

   A su entender, Nación, provincia y municipio sólo ofrecen una “política asistencial”. Al respecto, ejemplificó: “Es la versión estatal de la caridad privada. Solucionan problemas puntuales, pero hay que incorporar a los excluidos al mercado del trabajo”.

   Sobre el rol de la CCC, impulsora del acampe, Quiroga consideró que “estas protestas reactivas frente a la miseria son, en parte, espontáneas, pero también hay un direccionamiento de grupos políticos que aprovechan situaciones objetivas”.

   “Los dirigentes de esos grupos muchas veces tensionan el conflicto, incluso con reclamos que no pueden tener una respuesta inmediata, como ocurrió cuando solicitaron miles de viviendas en tan sólo tres meses”, concluyó.



Riesgos. María de los Angeles Yanuzzi, también politóloga, alertó que, en su momento, el reclamo en la plaza “cayó en el espacio vacío de las burocracias estatales”, instancia que terminó “exacerbando el conflicto”.

   “Se dio una solución entre comillas para liberar la plaza, pero no hay respuestas definitivas. El paliativo es necesario, aunque no va al fondo del problema”, razonó.

   También le envió un mensaje a la CCC: “No es cierto, como dijeron, que instalaron el tema de la exclusión en la agenda. Es un absurdo pensar que los rosarinos desconocen que hay sectores que permanecen por debajo de la línea de pobreza”.

   Según Yanuzzi, “por lo menos hay que ensayar una salida definitiva generando empleo para los adultos, sin dejar de lado a sus hijos para no condenarlos a una marginalidad total”.

   “No sé hasta qué punto en la CCC subyace un interés real en solucionar el problema. Hay un juego instalado, que la clase política nos enseñó, que implica mayor éxito en el reclamo cerca de las elecciones”, sentenció.


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