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miércoles,
01 de
agosto de
2007 |
Feos, sucios y malos
En estos días hemos observado que la plaza San Martín ha sido ocupada por un grupo bastante numeroso de hombres, mujeres y niños que expresan una carencia total, olvidados totalmente por quienes son responsables de los gobiernos de la Nación, provincia y/o municipio. De cualquier manera, algunos ciudadanos aterrados y molestos por la ocupación del espacio público expresan por distintos medios calificativos que van desde vagos, negros, sucios y hasta semidelincuentes, desconociéndoles todo derecho a reclamar derecho alguno en dicha forma. Ahora bien, he escuchado que se arruinan las plantas, que se estropea la plaza y no sé cuántas consideraciones sin pensar en la calidad humana de los necesitados. Un interlocutor de los mismos supo decir que tanto las plantas y en general los elementos de la plaza destrozados pueden restablecerse, pero el hambre y el deterioro que sufren sus niños y sus secuelas no pueden ser reparados jamás, quedando éstos inhabilitados para el resto de sus vidas. No es cuestión de vagancia, de desidia, de querer vivir de arriba lo que pasa por las cabezas de estos "cabecitas negras" o ciudadanos excluidos socialmente por el sistema, sino que es la incomprensión que los atraviesa por el saber que el Estado, principal responsable con sus políticas económicas genocidas, no se hace cargo de esta situación, y sigue acumulando dineros, superávits y fortunas para satisfacer ámbitos de corrupción y costosas propagandas de candidatos que les reaseguren la continuidad del sistema. ¿O acaso no es así?
Amílcar Monti, DNI 6.038.156
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