Radiografía leprosa

Lucas Vitantonio / La Capital

Esta es la primera pretemporada que realiza el plantel bajo la conducción de Pablo Marini. Por ello la prolongada etapa de preparación en Miramar sirve para sellar aún más la unión que existe entre los players, el DT y el resto del cuerpo técnico. Ya pasó una semana de trabajo y queda una más por delante. Todo marcha viento en popa en el campamento rojinegro, donde la prioridad es entrenar y cuidar la intimidad.

  Como sucede con todo grupo de trabajo este cuerpo técnico tiene un estilo propio para encarar las cosas. Las premisas básicas que rigen el búnker leproso son el orden, el respeto estricto por los horarios establecidos para cada actividad y la meticulosidad a la hora de desarrollar las ejercitaciones. No hay margen para imprevistos y siempre hay un plan B a mano, como cuando la lluvia archivó un amistoso el sábado a la mañana y enseguida se marcó un circuito de trote por el bosque cercano al hotel.

  Newell’s eligió realizar su trabajo en Miramar priorizando la intimidad. Por ello alquiló en exclusividad un confortable hotel alejado del centro y ningún turista desprevenido puede deambular por el lobby. Hasta viajaron las cocineras del predio La Ilusión de Ricardone, donde concentra el equipo cuando juega de local.

  ¿La prensa? El contacto con los cronistas que viajaron de Rosario o pertenecen a cadenas de deportes nacionales es idéntico. Para realizar notas, fotografías o imágenes para TV hay dos horarios diarios. Media hora antes del almuerzo y otra media hora antes de la cena. Luego todo el mundo debe irse del hotel. Lo que sí es de acceso libre son los entrenamientos, tanto en el estadio Municipal en los trabajos con pelota, como en los paradores de playa elegidos para la actividad física.

  ¿Los jugadores? Todo el plantel responde a la requisitoria periodística dentro de las posibilidades. En los horarios de atención a la prensa las bromas entre cronistas y jugadores son constantes y hasta se sugieren apostillas: “Escribí que con el Flaco Spolli les ganamos al truco a Pancho Aquilano y a Pablo Testa”, sugirió el Turco Husain, quien luego no informó que la revancha fue para los utileros.

  Los días de Newell’s en Miramar transcurren dentro de lo previsto: rutinas físicas extenuantes, ejercicios tácticos con pelota y preservación de la intimidad del grupo. Por lo general cuando cae el sol algunos bajan al lobby con la computadora portátil para ojear los diarios, como es costumbre de Marini o el paraguayo Alejandro Da Silva. El bunker está en orden.