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miércoles,
11 de
julio de
2007 |
La tranquilidad como meta
José Atilio Tasselli tiene 86 años, durante muchos años fue panadero y es un enamorado de su localidad natal. Asegura que el pueblo está creciendo y que le dio todo lo que necesitaba para ser feliz; “me inicié como peón boyero, luego fui empleado de un almacén y, por último patrón, hasta que me jubilé como panadero”. Mi hijo es quien continúa con la actividad pero yo voy a ayudarlo porque extraño”.
“Me casé de grande a los 33 años cuando me cansé de andar embromando de un pueblo al otro, luego tuve dos hijos”.
Su pasión es el fútbol, deporte que practicó hasta sus 40 años. Inquieto, tiene su propia quinta y recorre las calles del pueblo en su bicicleta, pero a la tardecita hace su parada obligada en el club Atlético Puerto Belgrano donde cumple puntillosamente su función de síndico.
“Me metieron en la comisión cuando tenía 15 años y luego ocupé todos los cargos, eso sí nunca falte a las reuniones directivas”. Allí comparte con otros parroquianos la obligada lectura de La Capital, jugar a las cartas o mirar los partidos en la televisión.
“En mi casa dejo todo afuera y nadie nunca me toca nada. Si esto fuera otro lugar, me llevarían hasta el alambrado”, remarca Taselli con orgullo, y asegura que la tranquilidad que se respira es contagiosa porque periódicamente es consultado por gente “de afuera” que le pregunta si hay casas en venta en esta tierra de hijos y nietos de esforzados inmigrantes. l
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