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miércoles,
11 de
julio de
2007 |
Imágenes del novecientos
Interior del coche comedor de uno de los trenes del ferrocarril Central Córdoba que realizaba el trayecto de Rosario a Tucumán. A pesar del lujo que puede apreciarse, los pasajeros se quejaban y rehusaban sus servicios porque allí las bebidas costaban cuatro veces más de lo normal, y era frecuente pagar por “un pescado en descomposición, un poco de agua caliente a la que con mucha imaginación llaman caldo y un durazno o unas cuantas uvas” la exorbitante suma de tres pesos.
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