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miércoles,
11 de
julio de
2007 |
Campanadas
interminables (I)
El lector Hernán Darío D'Antonio parece olvidar que la iglesia de San Cayetano existe desde hace bastante más años de los que él viniera a este mundo. También olvida que el domingo es primordialmente el día del Señor, más que un día de descanso, y que el descanso prescripto es justamente para ir a la santa misa. Conozco al padre Longhi desde hace más de 20 años y realmente ignoro qué actitudes suyas en la mismísima santa misa le molestan, a no ser que le gusten los curas light, bajas calorías. Por lo demás, Jesús y las Sagradas Escrituras enseñan que el primero de los mandamientos es "Amar a Dios sobre todas las cosas" —deber que incluye el santificar el domingo y fiestas de guardar— y que el amor al prójimo es un mandamiento semejante a aquél, pero no igual, ni mayor que aquél. ¿Lo sabrá el señor D'Antonio? Quizás él sea vocero de los no católicos, o no sea católico y más le importa lo que opinan los alejados de la Iglesia, o los ajenos a ella, que lo que el mismo Jesús ordenó al fundarla. Gracias, padre Longhi por todos sus desvelos por la Iglesia y la comunidad. Y si en algo ha fallado o pecado... yo lo disculpo... y también lo perdono a D'Antonio, para que Dios me perdone a mí.
Martín Bilotta
[email protected]
N. de la R.: en su carta publicada ayer, Hernán D'Antonio se queja de los desmedidos llamados a misa en la iglesia San Cayetano, los domingos, con más de diez
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