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 miércoles, 27 de junio de 2007  
El día que los trapos sucios salieron a la luz

Washington. — El informe sobre Castro y los de otras operaciones, conocidos entre los historiadores como “las joyas de la familia”, se comenzaron a realizar en 1973 por orden del entonces director de la CIA, James Schlesinger, alarmado por las informaciones de prensa que vinculaban a la CIA con el escándalo de espionaje en el hotel Watergate, que terminó con la dimisión del presidente Richard Nixon.

Schlesinger guardó todos los informes, la mayoría de ellos basados en los recuerdos de los empleados de la agencia, y se los pasó a su sucesor, William Colby. Nuevas revelaciones en la prensa obligaron a Colby a anunciar la existencia de los informes al presidente Gerald Ford en 1975.

Ese año una comisión del Congreso dirigida por el senador Frank Church investigó todos los hechos, así como los asesinatos de otros líderes, como el del dominicano Rafael Trujillo y del general chileno René Schneider. Como consecuencia de la comisión Church, Ford aprobó la orden ejecutiva por la que prohibió expresamente la participación de Estados Unidos en el asesinato de líderes extranjeros.

Los documentos hechos públicos ayer referentes a operaciones ilegales ascienden a 702 páginas. Además del intento de asesinato de Castro, los informes relatan cómo los servicios de contraespionaje de la CIA estuvieron entre 1953 y 1973 examinando e incluso abriendo el correo entre Estados Unidos y la Unión Soviética que pasaba por el aeropuerto JFK de Nueva York.

Lo mismo ocurrió en San Francisco entre 1969 y 1972 con el correo hacia y desde China. Entre las cartas identificadas, por ejemplo, se encontraban cuatro de la actriz Jane Fonda, que en la época se opuso públicamente a la guerra de Vietnam.

Otro programa infiltró agentes en grupos pacifistas desde 1969 para investigar “las actividades internacionales de radicales y militantes negros”, y acumuló 10.000 nombres de ciudadanos estadounidenses.

Al mismo tiempo, la CIA espió a varios periodistas, registró ilegalmente hogares y realizó ensayos con ciudadanos estadounidenses para probar, por ejemplo, la reacción del ser humano a determinadas drogas. Además, la CIA hizo públicos ayer otros 147 documentos secretos con un total de 11.000 páginas con análisis realizados entre 1953 y 1973 sobre la Unión Soviética, China y su influencia en el mundo. Activistas por los derechos civiles y contrarios a la guerra de Vietnam también fueron vigilados.
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