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miércoles,
27 de
junio de
2007 |
Remozada, La Buena Medida quedará inaugurada en un mes
El bar de Buenos Aires y Rioja recuperará su esplendor. Volverán sus míticas milanesas. La planta alta del edificio también se remodelará. Habilitarán un hostel en enero
Laura Vilche / La Capital
Faltan ajustar los últimos detalles para que el bar La Buena Medida, de Buenos Aires y Rioja, quede a nuevo y se reinaugure. El interior y el frente lucen absolutamente renovados, pero si se levanta la mirada hacia la planta alta del viejo edificio que abarca toda la ochava, el panorama se torna desolador. “En ese piso hubo una pensión y luego fue usado por okupas y cayó totalmente en el abandono, pero en pocos días comenzaremos su restauración”, se anima Marina Moresco, quien junto a otra socia alquiló el inmueble y abrirá un hostel, en enero próximo.
“No tenemos intenciones de que sea un bar posmoderno o cool, sino que siga siendo el del barrio; relajado, de la gente que trabaja. Hasta seguiremos ofreciendo el sándwich de milanesa que tanto gustaba a los habitué, los precios serán económicos y con la vieja clientela tendremos algunas preferencias”, adelantó Cristian Bilbao, uno de los cuatro socios del bar, quienes vivieron en el barrio y decidieron recuperar el emblemático lugar. Invirtieron unos 300 mil pesos en estos cuatro meses.
La entrada de la ochava tiene su puerta de madera totalmente recuperada y ahora habrá dos ingresos por Rioja. El mostrador se trasladó y ese cambio permitió que renazca un lucernario que había quedado absolutamente tapado por la grasa de la vieja cocina. “Este bar, entre otras curiosidades, tenía una cocina improvisada; nunca obtuvo final de obra, y posee un gran sótano con ladrillos vistos, respiraderos y una escalera de hierro de fines del 1800”, detalló Bilbao.
En 1898 La Buena Medida se abrió como un almacén que vendía querosene y fideos sueltos. En 1956 se inauguró como bar (el que tres años más tarde sería el primero con música en la ciudad). Se cerró en enero de este año y se reabrirá el próximo mes, con nuevos espacios. Tiene flamantes cocina y baños, entrepiso y un exhibidor de objetos antiguos que aportaron vecinos y parroquianos (sellos, botellas de Chinato Garda o Asti Gancia, publicaciones antiguas y un cuadro de Rodríguez Celis). Se le colocaron baldosas calcáreas realizadas especialmente en un taller artesanal y lucirá sillas y mesas de madera, típicas de bar para mantener la mística que tuvo siempre.
¿El 17? Son 16 los hostels que funcionan en la ciudad. Marina Moresco y Flavia Marano Pollice anunciaron que abrirán otro en enero, arriba de La Buena Medida ¿Será el 17? “Todo depende de cómo vayamos con la reforma”, dijo una de las socias, quien adelantó que prevén una inversión de 100 mil pesos en refacciones.
El sitio tiene diez habitaciones, un ventanal y aberturas art noveau, techos decorados, mármoles, pinotea y piletas de losa; pero está en ruinas.
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