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miércoles,
27 de
junio de
2007 |
Gracias, Los Gatos, por lo revivido
Gracias por la noche vivida, gracias por los recuerdos. Fue como entrar en un túnel del tiempo y volver al comienzo de mi adolescencia, que empezaba a marcar el destino de mi vida. Cuando no vivíamos obsesionados por la inflación y desde Francia llegaban algunos graffitis escritos en las paredes que hablaban de la inteligencia al poder, prohibido prohibir o la insolencia es la nueva arma revolucionaria. Cuando Litto arrancó con "Lagrimas de María" no pude evitar emocionarme hasta las lágrimas, mientras cruzaba miradas que salían del corazón mismo con algunos de los viejos rockeros que estaban en la plaza, muchos de ellos con sus hijos y nietos. A medida que pasaban las canciones, la vida pasó delante mío. El recuerdo de mi maestra de la primaria, los compañeros de la secundaria, los amigos del barrio, los que ya no están, los días difíciles en la dictadura cuando ser joven pelilargo era casi un ilícito, cuando el silencio era salud y hablar no recomendado, la preocupación de mis jóvenes padres, viejos para nosotros en esa época. Los recitales en el Estadio Real, Estadio Norte, en el Club Echesortu, en la Sala Lavarden, El Círculo... Cómo habrá sido de fuerte la emoción que en algunos pasajes del recital me vinieron a la mente muchos momentos sublimes que tienen que ver con mis hijas o como cuando cantaron junto a Fito Páez "No te caigas campeón", de Lalo de los Santos, muchas de las alegrías de mi querido Ñuls se me hicieron presentes, quizás asociando las preferencias canallas de los involucrados. Cuando terminó y me retiraba caminando despacio, aún conmovido por lo vivido, no pude dejar de pensar en lo feliz que fui en esos tiempos, sin renegar del actual pero asintiendo interiormente con que todo tiempo pasado fue mejor. O por lo menos ese tiempo que Los Gatos se encargaron de hacerme revivir.
Roberto Benedetto
DNI 12.112.408
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