No cuenta las horas

Mauricio Tallone / La Capital

La anécdota sucedió en una de las largas charlas en la concentración de la selección Sub 20 en el predio de Ezeiza. Angel Di María tenía en la punta de la lengua un deseo que necesitaba contárselo a alguien. No se lo quería guardar para consumo interno. Su familia estaba enterada de todo porque fue el principal motor de ese anhelo. Pero Angelito, el representante de Central en la aventura mundialista en Canadá, no aguantó más y se lo confió a Pablo Piatti, su compañero de habitación y volante de Estudiantes. “Este Mundial es muy importante para mí. Pero si llegué a este lugar se lo debo a Central. Por eso no quiero irme del club sin antes jugar un gran torneo o salir campeón”, aseguró Di María con la convicción del que escucha, por encima de todo, a su corazón.

  Di María partió ayer rumbo a Canadá, país en el que se jugará el Mundial de la categoría entre el 30 de junio y 22 de julio. En el equipaje se llevó la ilusión de defender el título logrado hace dos años en Holanda y la esperanza de jugar el Apertura 2007 con la camiseta de Central.

  —¿Entonces no tomás el Mundial de Canadá como la gran posibilidad de consolidarte y esperar una transferencia al fútbol europeo?

  —La verdad, ni pienso en eso. Mi deseo es quedarme hasta fin de año en Central. Pero lo de la venta no depende de mí. Si es una posibilidad que le sirve al club, tampoco me puedo oponer. Ojalá que me pueda quedar. Es lo que realmente quiero.

  —¿Qué te provoca que Ischia le haya pedido al presidente Scarabino que para armar un equipo competitivo no se tienen que ir Alvarez, Raldes y vos?

  —Cuando leí eso sentí una gran alegría. Porque quiero quedarme en Central. Ojalá el presidente le haga caso a Ischia (risas).

  —¿Ischia fue el técnico que mejor explotó tus condiciones?

  —Creo que sí. Me encontró la posición y me dio total libertad para moverme por el sector izquierdo, casi como un delantero más. En ese sector me siento muy cómodo porque estoy casi siempre en contacto con la pelota.

  —¿Los últimos partidos del Clausura 2007 fueron los mejores de tu carrera?

  —Sí. Es más, creo que el buen nivel que mantuve me permitió ganarme un lugar en la selección y jugar el Mundial. Por eso quiero quedarme en Central. Todavía puedo rendir mucho más.