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sábado,
16 de
junio de
2007 |
Procesan a una obstetra por la muerte de un bebé en Armstrong
Armstrong.— La obstetra María Laura González, que intervino en un parto en el que el bebe sufrió una decapitación al momento de nacer, que el médico forense calificó de brutalectomía, fue procesada por el juez Jesús Rizzardi.
La decisión adoptada en la causa carátula como homicidio culposo, se produjo luego de que González se negara a declarar en una indagatoria.
No obstante, en los informes que el juez ordenó investigar la médica sostuvo que “la mamá no colaboró adecuadamente en los momentos de puja”, e hizo referencia a que “la amputación cefálica fue causa de maniobras de extracción extrema a la que se vio obligada a practicar”.
En su momento, el director del hospital, Augusto Fischer, informó al jefe de la Zona de Salud VI, Oscar Molón, que el fallecimiento se debió a que tenía una doble vuelta de cordón y adjuntó la historia clínica al Ministerio de Salud de la provincia de Santa Fe.
González, de 52 años, renunció a su cargo en el Samco en el que se desempeñaba a pocos días de que Jésica Fernández, de 22 años, y Alejandro Migueletto, de 29, presentaran una denuncia ante el fiscal José Ferrero por las dudas que tenían respecto del fallecimiento de su hijo.
La médica les había dicho que el niño se había asfixiado con el cordón umbilical, pero los progenitores observaron una sutura en el cuello. Los padres pensaron que no les habían dicho toda la verdad y luego un informe de autopsia realizado en el Instituto Médico Legal de Rosario les dio la razón.
Esas dudas comenzaron cuando un familiar del matrimonio tomó una fotografía con un teléfono celular en el velatorio de la criatura. Algunos parientes preguntaron qué sabían de ese corte en el cuello, incógnita que los padres, en ese momento, no supieron responder.
“Me quedó una incógnita y sentía la obligación de saber. Por eso fui hasta los Tribunales en donde radiqué una denuncia para saber qué había sucedido. Creo que nos mintieron y poco a poco se está probando”, dijeron los padres. “No sé qué quiso hacer la doctora, y estoy molesto con el hospital porque taparon todo”, resaltó Migueletto.
El análisis de ese centro determinó que el bebé murió a causa del “arrancamiento” de su cabeza. Incluso el médico forense utilizó el término “brutalectomía”, un vocablo poco usado en la jerga y que refiere al salvajismo en el marco de la tarea.
Rizzardi tomó indagatoria a los directivos del hospital, a todo su cuerpo médico, enfermeros, y a los empelados de ese centro de salud. Previamente tomó la determinación de exhumar el cuerpo para determinar la real causa de su muerte.
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