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 sábado, 16 de junio de 2007  
Hace 30 años España estrenaba su democracia y enterraba la dictadura

Madrid. — El 15 de junio de 1977, hace hoy 30 años, España iniciaba uno de los capítulos más trascendentales de su historia reciente. Diecinueve meses después de la muerte del dictador Francisco Franco, unos 35 millones de votantes acudían a las urnas para participar en las primeras elecciones libres desde la Guerra Civil (1936-1939) y sellar así el retorno del país a la democracia.

   “En la peineta, en la peineta, lleva mi compañera la papeleta”, rezaba la letra de una de las sevillanas más populares de aquellos días, en los que Europa empezaba al norte de los Pirineos, en los que ser “progre” era de lo más “in” y en los que la inflación, de nada menos el 30%, era una de las mayores preocupaciones para las economías familiares.

   Era una época en la que más de uno todavía prefería cambiar de vereda al divisar a lo lejos a algún policía, y en la que en los cines causaba furor la película “La trastienda”, que, sin embargo, sólo pasó a la historia por haber enseñado el primer desnudo integral femenino en las pantallas grandes del país.

200 partidos. Muchos votaban por primera vez, confundidos por la gran cantidad de candidatos y una avasalladora oferta de 200 partidos. Los artistas contribuían a “orientar” al electorado: Joan Manuel Serrat y Sara Montiel hacían campaña por el Partido Socialista Obrero Español (Psoe), Ana Belén por el Partido Comunista (PCE) y Bárbara Rey por la Unión de Centro Democrático (UCD).

   Aquel 15 de junio ha sido considerado un hito en el proceso de transición. Pero si la euforia era enorme, también lo eran las dudas. Franco, el “Caudillo” por “la gracia de Dios” que gobernó el país con mano dura durante casi cuarenta años, no llevaba demasiado tiempo bajo tierra. ¿Toleraría la derecha, tolerarían los militares que las estructuras franquistas fueran desmontadas?

Dos “dueños”. La transición tiene muchos padres. Pero entre sus protagonistas destacan dos figuras: el joven rey Juan Carlos, de entonces 39 años, y el presidente del gobierno, Adolfo Suárez, cinco años mayor. Suárez, hoy de 74 años, acaba de ser distinguido por el monarca con el Toisón de Oro, la orden dinástica de mayor prestigio del mundo. Trágicamente, sin embargo, el ex jefe del Ejecutivo no es consciente de este reconocimiento: desde hace unos años sufre una enfermedad degenerativa similar al Alzheimer. El monarca y Suárez habían sido objeto de controversias en aquella época. El propio “Generalísimo” había designado a Juan Carlos su sucesor. Y a Suárez se lo recordaba como secretario general del Movimiento Nacional, el partido único del régimen autoritario de Franco (1939-1975).

    “En España no hubo ruptura, como la izquierda propugnaba. Y tampoco reforma, sino algo nuevo, inesperado”, dijo en su día el filósofo Julián Marías. En 1976 el rey eligió a Suárez como jefe de gobierno. En noviembre disolvió el Parlamento unicameral de Franco. En 1977 continuaron las reformas, con la legalización de partidos y sindicatos. El Movimiento Nacional fue disuelto, y como principal partido de derecha aparecía la Alianza Nacional (AP), de Manuel Fraga, ministro de Franco. De la AP surgiría el Partido Popular (PP). En el centroderecha se cristalizaba una alianza, la UCD, liderada por Adolfo Suárez.

Triunfa la UCD. El triunfo en las elecciones fue para el centro y la moderación. Con 34,6% de votos, la UCD conquistaba 165 escaños, seguida del Psoe con 29,4% (118 bancas). La derecha de AP obtenía 8,4%, y los comunistas, 9,4%. l
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