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 sábado, 16 de junio de 2007  
Ensayo en miniatura

La arquitectura se representa a través de dibujos y maquetas que permiten determinar el resultado en forma espacial y relacionar los volúmenes y sus encuentros. Esta pequeña construcción creada con madera balsa, plásticos y acrílicos es un recurso para ensayar las proporciones y la escala, además de vincular los planos horizontales y verticales que definen el interior y exterior de un edificio. Esta actividad no discrimina tamaños ni complejidad y crea imponentes construcciones que incluyen autos, personas y el contexto necesario para aproximarse al proyecto real.

El arquitecto Gustavo Gravi lleva trece años dedicado al diseño y creación de maquetas, con más de trescientas obras que acreditan su experiencia y reconocimiento tanto en el país como en el exterior. Bajo la firma de Arquigrama, el profesional materializó proyectos de singular infraestructura como un complejo turístico cinco estrellas en Martinica y el dique Florentino Ameghino en la ciudad de Trelew, entre otros.

En diálogo con Estilo, Gravi destacó las características más relevantes de esta representación arquitectónica que permite determinar los hechos espaciales y su relación con el contorno urbanístico. Las maquetas se clasifican en tres grandes grupos. Las topográficas, que representan un terreno, jardín o paisaje; las obras de edificación, que recrean una estructura urbana o un espacio interior, y por último, las que representan muebles o diseños especiales.


Planos y contexto
La importancia de una maqueta como instrumento de diseño y mercadotecnia incide sobre las distintas etapas del proyecto. Cuando se trabaja de manera conceptual se utiliza para analizar las formas y relaciones entre volúmenes. "Algunos estudios grandes de arquitectura tienen su propio departamento de maquetas, lo cual les permite estudiar el proceso del proyecto, armando y desarmando varias veces las piezas, que son volumétricas y monocromáticas", detalló el arquitecto.

La maqueta de ejecución, en cambio, representa casi siempre un proyecto definitivo o en proceso de aprobación, que seguramente mostrará la relación del edificio con su entorno, el efecto sobre el tráfico y sus nexos visuales con la arquitectura del lugar. También es importante tener en cuenta la escala frente a los edificios vecinos y el impacto general en el barrio.

Los edificios se proyectan por lo general en una escala de uno en cien y las casas de uno en cincuenta. Pero si se trata de una maqueta de interiores, la proporción será mayor, con el fin de resaltar el nivel de complejidad y los detalles. A la hora de exhibir el contorno urbanístico, el modelismo incorpora personas y autos sobre la maqueta y el césped; los árboles armados con flores secas y ladrillos vistos vuelven más real y concreta esta representación.

"En Europa, por ejemplo, cuanto más grande sea la maqueta, mejor, y si tienen que mostrar un edificio inserto en una manzana de 100 por 100 metros, muestran otras más para indicar dónde estará ubicado. En cambio, en Argentina, por una cuestión de costos se tiende a mostrar muy poco el entorno. Un edificio con vista al río inexorablemente debe mostrar su contexto", graficó el arquitecto.

Además de los proyectos privados y particulares el estudio confeccionó las maquetas del Distrito Centro y Sudoeste, y el nuevo pasaje del Monumento a la Bandera. Otro trabajo interesante fue la recuperación de la caldera de Celulosa, diseñada con su estructura interior y conductos. "En este caso, el objetivo de la empresa fue observar todas las dimensiones internas llevadas a escala, para luego conocer en profundidad la forma de realizar un nuevo diseño sin entorpecer su funcionamiento habitual".


A escala reducida
Una maqueta se parece bastante a una fotografía en 3D, con la diferencia de que la primera se puede recorrer, observar su volumen, dimensión y entorno. A diferencia de un envío por computadora, esta pieza extremadamente frágil muchas veces recorre el país y viaja al exterior hasta llegar a destino.

Además de resaltar los detalles y diseños propios de cada proyecto, el objetivo principal de esta pequeña obra artística es su exhibición. En el caso de edificios se utiliza como un instrumento de mercadotecnia. Si se trata de una casa, el propietario y el arquitecto deciden de común acuerdo visualizar el proyecto sobre una maqueta.

"El primer paso consiste en analizar y desarmar el plano, que luego se corta por un sistema de láser de igual forma que en carpintería. Esto no sucede con los muebles de interiores que se tallan a mano. Finalmente se procede a pintar y acoplar las piezas". La complejidad del proyecto y el tipo de materiales determinará el tiempo aproximado que requerirá cada pieza, que por lo general varía entre quince días y cuatro meses.

Aunque se trata de un trabajo íntegramente manual y artístico existe sólo un tipo de máquina de origen español capaz de cortar en tres dimensiones. El sistema puede sustituir sólo una parte de esta actividad. Con un costo mucho más alto, se utiliza para prototipos ciegos, sin ventanas y volumétricos. Para armar maquetas de grandes dimensiones como un complejo turístico, la definición es baja y sólo se puede realizar por partes.

Próximamente la firma también contará con una representación exclusiva en Tarragona, España, y otra en Estados Unidos, encargada de asesorar y recepcionar los trabajos creados y concebidos desde esta ciudad.
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