|
sábado,
16 de
junio de
2007 |
La vivienda prometida
Me pregunto si algún funcionario está dispuesto a escuchar alguna vez el pedido desesperado de mi familia. El 19 de julio de 2005 La Capital publicó una nota sobre nuestro hijo Mariano, de 5 años, a quien los médicos le habían diagnosticado leucemia linfoblástica aguda y recomendaron cambiar “urgentemente” de hábitat. Vivimos en una villa del barrio Ludueña y los profesionales en ese momento consideraron que el chiquito no podía estar en contacto con la tierra y el polvillo por las infecciones a las que podría estar expuesto. En la Dirección Provincial de la Vivienda nos prometiron darle prioridad a nuestro caso al momento de otorgar las casas de Solís y Tucumán (aclaro que con mi marido ya nos habíamos anotado en la Cooperativa de Vivienda Nueva Esperanza varios años antes con el fin de que se nos otorgara una casa en Teniente Agneta y Casilda. Pagaríamos por ella una cuota mensual durante 25 años. Pero cuando faltaba poco para que nos la dieron, nos fue arrebatada por una familia. El hecho se denunció en la comisaría 12ª y se abrió una causa en el Juzgado Correcional Nº9). Lo cierto es que la “prioridad” parece que no se pudo tener en cuenta y la Justicia tampoco resolvió el conflicto anterior. Mi hijo Mariano falleció el 12 de marzo pasado y mis tres hijos de 16, 13 y 4 años, mi nieta de 2 años, mi marido y yo, no queremos dejar de reclamar la vivienda por la que tantos trámites hicimos. Esta semana volvimos a la Dirección de Vivienda desde donde nunca más nos llamaron en todo este tiempo de dolor. Reclamamos la casa prometida al funcionario Marcelo Bonini; un empleado nos dijo que ya la teníamos asignada, pero cuando le aclaramos que nuestro hijo había fallecido nos dijeron que entonces las cosas cambiaban y que debíamos ir a sorteo en diciembre próximo. Me pregunto: ¿no hemos esperado demasiado? ¿Debemos resignar nuestro reclamo porque Mariano ya murió? ¿O por él debemos más que nunca reclamar algo que él no pudo disfrutar? Pedir una vivienda en un plan en el que nos anotamos hace tanto tiempo y por la que estamos dispuestos pagar, ¿es un lujo o un derecho?
Sandra Amesa, DNI 24.772.924
José Maradona, DNI 17.519.286
enviar nota por e-mail
|
|
|