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 domingo, 10 de junio de 2007  
Zaffaroni: "Desconfío de las reformas que son apresuradas"
El juez también aconsejó organizar de otro modo las causas por crímenes de la dictadura militar

Javier Felcaro / La Capital

Eugenio Zaffaroni, ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, pareció enviarles un mensaje a los autores del Plan Estratégico para la Reforma Judicial en Santa Fe, iniciativa apurada tras la impugnación del alto tribunal al proceso al ex magistrado federal Carlos Fraticelli que terminó desnudando los defectos del sistema provincial.

"Tengo desconfianza de las reformas apresuradas en materia procesal", aseguró Zaffaroni durante una entrevista exclusiva con La Capital, planteando un reparo en idéntica sintonía al expresado en su momento por el Colegio de Abogados de Rosario.

-La resolución de la Corte en el caso Fraticelli aceleró la reforma judicial santafesina. ¿Cómo evalúa esta instancia?

-Tengo desconfianza de las reformas apresuradas en materia procesal. Nadie puede negar las bondades que tiene un código acusatorio, pero es caro y, en consecuencia, hay que adecuar la cantidad de conflictividad que se quiere procesar a las posibilidades de lograrlo. No existe ningún país en el mundo que remita toda conflictividad a un proceso formal. No hay presupuesto que aguante.

-¿Cuál es la solución?

-En un planteo realista. Debemos evaluar qué presupuesto tenemos y qué conflictividad queremos procesar. Y, posteriormente, ver qué código hacemos. Un Código Penal es gratis, por eso se puede decir cualquier estupidez en él. Se publica en el Boletín Oficial y listo, no cuesta nada. Un Código Procesal no, porque necesita una infraestructura. Si no tenemos jueces, locales, fiscales ni defensores, bueno, no funciona y colapsa todo. No es algo que se hace desde un escritorio. Si no existe una base presupuestaria, mejor dejar las cosas como están. Hablo de un problema nacional. Muchas reformas se lanzan sin prever esto y después fracasan, desacreditando al propio sistema acusatorio.

-¿Comparte la percepción de que, tras la desaparición del testigo Jorge Julio López, gran parte de las causas por los crímenes de la dictadura parece haberse estancado?

-No creo que sea a partir de ese caso. Existe una dificultad: las causas están demasiado desperdigadas en el país. De algún modo habría que pensar una forma de ordenarlas. Organizar una manera de concentrar por razones subjetivas y no ir sacando de a uno los expedientes. Hablo de simplificar la cuestión.

-¿Por qué motivo se llegó a tal punto?

-Porque nunca se planteó algo así. El sistema no está preparado y no existen previsiones especiales. Le doy un ejemplo: en la causa de los comandantes, en la década del 80, la fiscalía eligió casos y no llevó adelante todos. Ahora, ¿está autorizado hoy el Ministerio Público a seleccionar casos? Me temo que no. Bueno, habrá que pensarlo. No digo que esta sea la solución sino que grafico por dónde tiene que ir la cosa y no perder el tiempo.

-¿Los planteos de Alfredo Bisordi, el titular de Casación que denunció intromisión del Estado en la Justicia, eran atendibles desde el gobierno?

-Realmente yo no estaba en el país. No sé lo que pasó.

-¿La Casa Rosada cumplió con el reclamo efectuado por el máximo tribunal respecto de las jubilaciones?

-Bueno, hubo un aumento, pero nuestra sentencia habla de definir un índice. La ley establecía que anualmente debían confeccionar un indicador. Tendremos que ver si ese incremento supera lo que sería un índice o no. De algún modo en lo que está en deuda el Legislativo es en fijarlo. Nosotros no lo quisimos hacer porque la seguridad social lo había resuelto judicialmente con tres formas diferentes de calcularlo. Será cuestión de discutirlo.

-¿La pesificación ya es un caso cerrado?

-Entiendo que está cerrado. Venimos resolviendo, acorde al criterio (del caso testigo del ahorrista beneficiado, Juan) Mazza, entre 1.000 y 1.500 amparos semanales. Calculamos que para fin de año habremos bajado los 70.000 que teníamos.
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Zaffaroni disertó el pasado viernes en Rosario.

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