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 domingo, 10 de junio de 2007  
Bugby: Duendes le ganó el clásico a Gimnasia en la Bombonera

Pablo F. Mihal / Ovación

Determinación, paciencia, ideas y solvencia. Fueron muchos los argumentos que ayer mostró Duendes en su victoria ante Gimnasia y Esgrima por 24-5 (4-0) en la propia Bombonera mens sana en uno de los partidos adelantados de la séptima fecha del Regional del Litoral.

  Desde el arranque mismo del partido, los verdinegros fueron escribiendo la historia de este clásico, que ayer fue muy desparejo por donde se lo mire. Por un lado Duendes fue el que manejó los hilos del encuentro, tuvo obtención de calidad, mayormente el control de la pelota, supo cuidarla, tuvo dominio territorial y efectividad cuando tuvo que definir.

  Si a esto se suma la sólida defensa que mostró la visita, se puede ir entendiendo un poco mejor el resultado. El tackle y el orden defensivo de Duendes fue fundamental para ir desalentando las pocas ocasiones que tuvo el conjunto mens sana de hacer algo.

  La puntería de los pateadores también influyó. Mientras Federico Giordano embocó los penales en los momentos justos, Dañil dilapidó sus chances desde posiciones muy factibles que podrían haber cambiado el rumbo del partido.

  Quizás lo único reprochable a Duendes fueron los errores de traslado cometidos por los backs, sobre todo en el primer tiempo, producto del apresuramiento. Cuando se serenó, la línea buscó los espacios y le dio mucha continuidad al juego.

  Jugando pegadito a la formación, el equipo del barrio Las Delicias fue desgastando a un rival que fue un verdadero fantasma, valga la paradoja. Porque Gimnasia no tuvo contundencia en los forwards y tampoco la velocidad características en sus tres cuartos. Sin conducción nunca encontró el norte y el try del honor llegó más por amor propio que por concurso de ideas.

  La prueba más palpable de esa falta de ideas ocurrió a los 22’ del complemento, cuando Gimnasia atacaba con cinco hombres, Duendes defendía con dos y no supo cómo definir.

  Después de eso fue como que todo estaba de más y nada podía dar vuelta una historia que hacía rato estaba escrita.


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