El Papa urge a Bush para que pacifique Medio Oriente

El jefe de la Casa Blanca se reunió con su par italiano y con Prodi. Siguen las protestas por su gira

Roma. — El Papa Benedicto XVI pidió ayer al presidente estadounidense, George W. Bush, esfuerzos más intensos para lograr la paz en Medio Oriente durante la cuarta visita al Vaticano del actual jefe de Estado estadounidense. El Sumo Pontífice recibió a Bush junto a su esposa Laura. Ambos líderes conversaron, entre otras cosas, sobre paz y la lucha contra la pobreza en el mundo. Es la primera reunión entre ambos desde la elección papal hace dos años. Bush es considerado un fervoroso metodista creyente.

   Bush estuvo reunido también con su par de Italia, Giorgio Napolitano, y con el premier italiano, Romano Prodi, con quienes trató las conclusiones de la cumbre del G8 y se refirió a temas como Kosovo, Líbano y Africa.

   En una audiencia privada de unos 35 minutos en la biblioteca papal, Benedicto XVI pidió a Bush una nueva ronda de negociaciones sobre el conflicto en Medio Oriente, y sostuvo que sólo mediante el diálogo entre las partes en conflicto se puede llegar a una solución pacífica en la región. El Pontífice también expresó su preocupación por la “crítica situación” de los cristianos en Irak, Israel y las regiones palestinas. Bush aseguró que el gobierno iraquí trabaja duramente por la tolerancia de la minoría cristiana y por un país en el que convivan las diferentes razas y creencias.

   Ante el interés del Papa por las ayudas a Africa acordadas en la reciente cumbre del G8 en Heiligendamm, Alemania, Bush opinó que “fue una cumbre con éxito”, donde se logró encaminar una “fuerte iniciativa” a favor de los pobres y de los enfermos de sida en Africa. Al comienzo de la cumbre, el Papa había pedido un “aumento sustancial” de la ayuda a Africa.

   Según informó el Vaticano, en la reunión también se tocaron temas como la “defensa de la vida”, la familia y el matrimonio. El Papa y Bush comparten una postura común en asuntos éticos como el aborto, la homosexualidad o la investigación con células madre, a los que ambos se oponen.



Intimidado. Al finalizar el encuentro, durante el cual se cerró el acceso a la plaza de San Pedro, Bush describió al Papa como “un hombre inteligente y amable”, y aclaró que no se habló sólo sobre guerra. “Después de seis años y medio como presidente he estado en algunos lugares inusitados y conocido a gente interesante y estaba intimidado”, dijo Bush.

   Mientras Bush comenzaba un día de reuniones con su visita al presidente Giorgio Napolitano, un ex comunista de 81 años, en un país gobernado por una coalición de centro izquierda crítica de la política exterior de Estados Unidos, cerca de 10.000 agentes de policía vigilaban el centro de Roma. Unas 10.000 personas (150.000, según los organizadores) se manifestaron en Roma contra la visita del estadounidense. En estaciones ferroviarias de Venecia, Mestre y Padua, numerosos manifestantes bloquearon por momentos el paso de los trenes. También se dieron incidentes en Florencia y Ancona. La policía lanzó gases lacrimógenos para intentar controlar a manifestantes que le arrojaron piedras y botellas. Al menos un policía resultó herido.

   En el encuentro con el premier Romano Prodi, ambos líderes parecieron querer ir más allá de sus diferencias sobre la situación en Irak. Prodi describió sus conversaciones con Bush como “amistosas” y dijo que discutieron China, Africa, el cambio climático y la pobreza, Kosovo, Líbano y Afganistán, entre otros temas. El líder italiano dijo que las dos naciones no mantienen problemas bilaterales serios y que comparten los mismos enfoques en muchas cuestiones. Bush agradeció a Italia por su liderazgo en el apoyo al frágil gobierno en el Líbano y por su compromiso con Afganistán.

   Bush también se reunió ayer con el jefe de la oposición italiana, Silvio Berlusconi.

   La gira europea del mandatario estadounidense continuará hoy con una visita a Albania.

Bush mantuvo un cordial encuentro con Benedicto XVI, con quien analizó entre otros temas la lucha contra la pobreza y el sida en Africa. Compartieron criterios sobre aborto y homosexualidad.