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domingo,
03 de
junio de
2007 |
Argentina, 1 a 1 con Suiza en un partido que hizo bostezar
Fue un empate que aportó poco en lo futbolístico. Mucho menos si la mirada descansa en la puesta a punto para la Copa América. Lo más saludable para Alfio Basile es borrar rápidamente el mal partido que jugó ayer la selección argentina ante Suiza y repensar algunas cosas para afrontar el martes el amistoso ante Argelia, en Barcelona.
El gol de Carlos Tevez, a los 49 minutos, insinuó que Argentina resolvería un partido más incómodo por su flojo desempeño que por la prepotencia del rival. Pero nada de eso ocurrió. Barnetta empató para los suizos y a partir de ahí el equipo de Basile nunca encontró el camino para desnivelar.
El primer tiempo de Argentina fue bastante discreto. No hubo asociación en ataque entre Messi y los delanteros, Crespo y Tevez. El mal estado del campo de juego también influyó para que el equipo no progresara en la circulación. Fueron apenas aproximaciones con Messi como abanderado. El rosarino recibió un rebote y remató de zurda, pero su disparo se desvió en Ayala y se perdió afuera.
La otra jugada de riesgo que provocó la selección también llegó de la mano de Messi. Ejecutó un tiro libre desde la izquierda y el cabezazo de Milito pegó en un defensor y se fue al córner.
El arranque del segundo tiempo se asemejó a lo mejor de la selección. De hecho, llegó el gol de palomita de Tevez, quien capitalizó un centro de Messi. Enseguida el arquero Benaglio le tapó un mano a mano a Cambiasso y también se lo perdió Crespo, aunque la jugada estaba anulada por posición adelantada.
Argentina no sufría sofocones y parecía tener a resguardo el resultado. Hasta que llegó el error defensivo y el empate de Barnetta. Entre Heinze, Ayala y Milito la dejaron servida y el suizo definió con tranquilidad.
Basile buscó alguna solución con el ingreso de Diego Milito en lugar de Crespo. El delantero de Zaragoza desbordó por la derecha y mandó un centro exacto para Cambiasso. La jugada tenía destino de gol pero el Cuchu no resolvió con rapidez. Dejó que el defensor suizo se recuperara y salvara la caída.
Los últimos minutos abrieron un tiempo en el que Argentina manejó la pelota pero siempre careció de profundidad para terminar las jugadas. Le faltó esa vivacidad que se necesita para establecer las reales diferencias entre un equipo con individuales de relevancia internacional y otro que siempre estará relegado a un segundo plano.
Es cierto que los amistosos entregan una imagen relativa de los hechos. Dicen una verdad a medias. Sobre todo cuando la búsqueda apunta a que el equipo se acomode colectivamente para encarar la Copa América. Igual, no es aconsejable que a Basile le pase desapercibida la actuación de ayer. Se impone que su equipo mejore lo antes posible. l
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Messi no brillópero siempre encaró para adelante.
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