Terapias

¿Qué hacer para recuperar la pareja?

¿Qué le pedimos a la relación de pareja? Pasión, compañía, comprensión, convivencia, proyecto compartido, solidaridad, respeto por la autonomía, identidad de dos y de cada uno. Vivimos en una civilización que cree en el amor sentimental, y nos educa para perseguirlo durante toda la vida. Aprendemos, desde temprana edad, a buscar el amor de pareja como un objetivo importante, a veces el único.



Poderes del amor

En el amor encontramos sus poderes curativos y mágicos que son reales. Pero a veces nos abusamos esperando que su poder sobrepase muchos obstáculos de la realidad interior y exterior, como el dicho que reza que “habiendo amor todo se soluciona”. Como toda fuerza genuina y poderosa, el amor de pareja no puede ser “utilizado” sin que se estropee, ni domesticarlo sin empobrecerlo.

Se debe hacer una consulta cuando los dos integrantes sienten que quieren seguir juntos, pero han perdido el bienestar que la relación les brindaba; cuando se reiteran los mismos temas de discusión en un circuito de reproche y autorreproche; cuando las historias pasadas vuelven permanentemente como fantasmas que agobian y agotan; cuando se necesitan nuevas formas de conversar y negociar soluciones y cuando se hace difícil sentir la pareja como proyecto.



Procesar los conflictos

Se da el nombre de terapias de avanzada a una serie de técnicas que estimulan al cerebro a procesar conflictos internos, estrés, creencias negativas y traumas acumulados. La más conocida es E.M.D.R (basada en movimientos oculares), y puede complementarse con otras de eficacia obteniendo un acceso directo a diversas zonas del cerebro. Estas terapias, como formas de procesamiento acelerado de información, operan a través del mismo mecanismo utilizado por la mente en el aprendizaje y la memoria, identificado con el sueño REM. La mente recupera sus capacidades y su equilibrio natural. Se pueden aplicar cuando los integrantes de la pareja deseen modificar diversas conductas:

Actitudes individuales que llevan a reproducir siempre el mismo circuito de relación.

Creencias negativas acerca de la autoestima.

Inhibiciones en la sexualidad.

Problemas en la comunicación que llevan a discusiones.

La relación de pareja no puede ni debe mantenerse idéntica a través del tiempo. Muchas veces puede encontrarse añorando “como era antes”, sin advertir que lo que sabían y podían en aquel pasado idílico ya no alcanzaría para encarar los problemas y situaciones de la vida actual. Con el tiempo las personas cambiamos, y los vínculos se beneficiarán con el crecimiento individual volviendo a crear un ámbito de confianza, bienestar y sentido de futuro.



Patricia D’Angelo

Psicóloga