Imputan de homicidio al jefe de la comisaría de Villa Cañás

Para la justicia cordobesa el jefe de la comisaría de Villa Cañás no abatió a un delincuente en un enfrentamiento sino que cometió un asesinato. Eso se desprende de la imputación que hizo el fiscal Marcelo Hidalgo acerca de la conducta del subcomisario Claudio Blazer, quien había sido comisionado para detener a Víctor Juan Moyano, y lo mató el jueves, en apariencia, con un tiro de su arma reglamentaria, cuando la víctima estaba desarmada.

   El fiscal Hidalgo acusó formalmente por homicidio calificado a Blazer, que está detenido, al que indagará el miércoles. “Hay suficiente evidencia para hacer la imputación. Nadie habla de enfrentamiento. No está acreditado que haya habido fuego cruzado. Y todo el operativo previo a la intervención está bajo investigación”, le dijo anoche a La Capital.

   Blazer está preso en una alcaidía policial de Córdoba. Está probado que este subcomisario es quien mató a Víctor Moyano, de 33 años, a quien se le atribuían delitos cometidos en la ciudad de Villa Cañás. Blazer viajó a la capital mediterránea luego de que el juez de Venado Tuerto, Hugo Perassi, librara un exhorto a un par cordobés para que se detuviera a Moyano.

 


Muy oscuro
 El episodio por el que Blazer está preso ocurrió a las 7 del jueves en la casa de los padres de Moyano, en Cochabamba 2715, de barrio Pueyrredón. Blazer llegó al lugar del procedimiento, junto a otro policía santafesino, Daniel Happeler, y colegas cordobeses, al parecer vestidos de civil y en un auto particular, según declarararon la madre y las tres hermanas del hombre buscado, quienes estaban en la casa. “Abran hijas de puta o les tumbamos la puerta”, escucharon decir vecinos a los policías, según reflejó ayer el diario La Voz del Interior.

   Ahí apareció Moyano a bordo de un auto Fiat Duna y fue baleado, por lo que quedó muerto, en un confuso hecho en el que se contradicen las versiones de sus familiares, las aportadas por otros testigos y los policías.

   La madre, que dijo encontrarse en la vivienda con sus tres hijas en el momento del hecho, aseguró que intentó comunicarse con la policía y llamó a su hijo que vivía cerca, porque esas personas, cuya identidad no le constaba, intentaban ingresar a la casa con violencia. Al acudir al llamado, Moyano recibió al menos dos balazos que le provocaron la muerte en el acto.

   Por su parte, el comisario Jorge Saires, de Investigaciones de Córdoba, dijo a la prensa que su colega santafesino efectuó los disparos cuando Moyano intentó embestir a los hombres que realizaban el procedimiento. Esta versión sería la que sostuvo el imputado ante el fiscal Hidalgo, aunque las declaraciones de la madre y hermanas de Moyano son reafirmadas por vecinos que presenciaron, o dicen haber visto, como sucedieron los hechos.

Las diferencias también se refieren a la vestimenta de los policías, ya que mientras la familia asegura que lucían de civil y sin identificación, se mostraron con chalecos antibalas que, según los denunciantes, se habrían puesto después de sucedida la muerte.


Discordancias
 La más significativa discrepancia se refiere a una pistola hallada en el Duna de Moyano, que según la familia fue “plantada” en el lugar.

   El abogado Ricardo Moreno, patrocinante de la familia de la víctima, aseguró en declaraciones periodísticas que “las pruebas demuestran contundentemente la culpabilidad del autor”.

   Marcelo Pelatti, abogado de Blazer, dijo que "si un policía ve que está en peligro su vida, está totalmente legitimado para repeler la agresión”. La titular del Tribunal de Conducta Policial de Córdoba, Ana María Becerra lo desaprobó. “Nadie absolutamente puede hacer una a afirmación de ese tipo. No creo que las muertes se justifiquen”.

Dos efectivos al lado del Duna donde quedó muerto Víctor Moyano.