|
sábado,
02 de
junio de
2007 |
El desafío a detractores lo llevó a una larga reclusión
A sus 79 años y tras ocho en presidio, el médico Jack Kevorkian, conocido en los 90 como el Doctor Muerte, salió de la cárcel. Había inventado durante su larga carrera profesional métodos para que un enfermo terminal pudiese suicidarse en forma relativamente indolora.
Sus actos y su conducta saltaron a los medios de comunicación estadounidenses y mundiales en los años 90, creando una controversia que sirve a los defensores de la eutanasia como apoyo y a los detractores como prueba de su inmoralidad.
Su arrogancia lo llevó a la cárcel. “Deben acusarme. Si no lo hacen, se entenderá que no creen que se trate de un crimen. No necesitan más pruebas, ¿o sí?”, preguntó desafiante en un video que fue emitido por las televisiones de EEUU, y donde practicaba la eutanasia a su último paciente en 1998.
El “Doctor Muerte”, responsable de cerca de 130 suicidios asistidos, abrió el debate sobre la conveniencia o no de legalizar la eutanasia. En Estados Unidos, más de dos tercios de la población afirma que hay circunstancias que justifican la muerte asistida, si bien discrepan de la manera de regularla, según una encuesta hecha por abisos. La encuesta muestra un apoyo importante al doctor, ya que el 53% de los sondeados piensa que no debió ser encarcelado, frente a un 40%, es decir, unos resultados parecidos a los recogidos en 1999.
Kevorkian ha sido, por su larga campaña de casi una década a favor de la eutanasia, un referente para los enfermos en fase terminal de todo el mundo. La eutanasia está regulada en pocos países y las experiencias son dispares.
enviar nota por e-mail
|
|
|