Siete de cada diez escuelas, sacudidas por hechos de violencia

Investigadores de la UNR relevaron el fenómeno en Rosario

Escuelas víctimas del robo y del vandalismo, alumnos enfrentados a la salida de clases, o padres que agreden a maestros y directivos. Los hechos de violencia sacuden cada vez con mayor frecuencia a las escuelas, obligando no sólo a repensar a la institución y sus funciones, sino también a sus actores. Estas son algunas de las conclusiones preliminares que se desprenden de un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), quienes relevaron que siete de cada diez escuelas rosarinas (72 %) registraron en 2006 episodios de violencia.

A cargo de los especialistas Jorge Kohen y Marité Colovini, el proyecto de investigación “Análisis de las intervenciones en el campo de la salud mental en situaciones de catástrofe”, es un estudio que profundiza no sólo los hechos, sino fundamentalmente las causas que originan este tipo de situaciones que atraviesan a los establecimientos educativos.

En base a cuestionarios distribuidos en 100 escuelas públicas de la ciudad, contestados por docentes y directivos, el relevamiento concluye que en el 16 por ciento de las escuelas los episodios de violencia suceden a diario, al tiempo que en un 8 por ciento de estos hechos se registró la presencia de armas de fuego.

Además, del total de hechos registrados (4.222) en un año, en el 72 % de las escuelas encuestadas, el 12 por ciento de los episodios violentos tuvieron como consecuencias lesiones graves para alguna de las personas involucradas, mientras que en el 44 por ciento de los casos, las agresiones fueron realizadas contra las escuelas.

Así, la presencia cotidiana de la violencia en las escuelas, tanto física como psicológica, implica para los autores de la investigación que “la escuela no oficia más como frontera entre la sociedad y los niños”, al punto de que la magnitud del fenómeno se sitúa en la trama misma de las relaciones escolares, “impregnando y afectando al proceso de trabajo del docente y la tarea misma de aprender-enseñar”. Aunque se encargan de enmarcar la emergencia de este fenómeno en un contexto de “violencia social sustentada en la lógica de la discriminación, la exclusión y la injusticia”.



Cuestión de clase

“Los hechos que se registran a diario en las escuelas marcan también que no es una cuestión de una clase social en particular, porque en algún momento se creía que esto era exclusivo de la condición social de pobreza y marginación, y no es así”, apunta la investigadora Marité Colovini, una de las responsables del estudio, radicado en la Facultad de Psicología de la UNR.

La ausencia de profesionales dedicados a atender esta problemática es para los autores de la investigación otro de los puntos centrales a reflexionar, ya que destacan que el incremento en los últimos años de los casos de violencia en las escuelas “no fue acompañado por la presencia de profesionales o proyectos para contener y abordar los conflictos”. Y como muestra de tal situación, destacan que para los 800 establecimientos de la Regional VI (a la que pertenecen las escuelas de Rosario), “hay apenas una docena de profesionales en La investigación, que culminará a fines de este año, sumará en los próximos meses la voz de los estudiantes de las escuelas primarias y secundarias de Rosario, para que den su opinión acerca de este fenómeno social.