Central: ahora explotó Ischia

“No pienso renunciar pero esta situación tiene que cambiar lo antes posible”, dijo el DT

Por estos días en Central todo es insostenible. Es un club en el que explota una bomba a cada instante y en el que hace rato que no se habla de fútbol. Se habla de embargos, presentaciones judiciales, de la posibilidad de la intervención de la Justicia, amenazas a jueces y periodistas, documentos extraviados y, sobre todo, de una incalculable deuda con el plantel, cuerpo técnico y empleados de la institución.

La semana pasada Christian González, el capitán sin brazalete, manifestó públicamente su malestar por el atraso salarial de cuatro meses que existe con los jugadores. En la práctica del lunes los que alzaron la voz fueron Gonzalo Belloso y Ronald Raldes. Y ayer el que terminó de cerrar el círculo fue Carlos Ischia. El entrenador canalla se había mantenido al margen de la situación, pero no aguantó más y dijo lo suyo cuando este diario lo consultó. Dejó bien claro que no piensa renunciar aunque aclaró que esta situación debe cambiar lo antes posible. También admitió que luego del entrenamiento matutino habló telefónicamente con el presidente Pablo Scarabino para pautar una nueva reunión, ya que las anteriores fueron suspendidas por expreso pedido del dirigente.

“El diálogo fue positivo. Quedamos en encontrarnos para aclarar algunas cuestiones. A la mañana dije que no sabía dónde estaba parado porque las dos reuniones que tenía pautada con él se suspendieron. Quiero seguir en Central. En ningún momento se me cruzó por la cabeza renunciar. Pero es difícil trabajar en estas condiciones. Cuando vine sabía que el club no estaba atravesando por una buena situación económica, pero esto tiene que cambiar lo antes posible”, le confió el DT a Ovacion

“Es muy difícil trabajar cuando no te pagan. En los dos meses que llevo en Central no cobré un peso. Por eso dije que la paciencia tiene un límite. No puede ser que a los jugadores les deban 122 días, a los empleados no se cuánto hace que no cobran y a nosotros dos meses”, continuó.

Ischia no se apartó demasiado del discurso de la primera hora. Reforzó con alguna palabra de más pero mantuvo la médula ósea de sus dichos. “También es difícil convivir con esta situación porque a mí me trajeron los dirigentes que hoy están suspendidos. Entonces no sé a quién reclamarle. Como cabeza de un plantel tengo que tratar que los jugadores piensen en Arsenal y la realidad es que algunos muchachos están pensando en cómo van a pagar sus impuestos. Así se complica preparar a un equipo. Cuando la gente va a la cancha quiere que el equipo gane. Pero alguien tiene que acordarse de que hay una institución con mucha gente trabajando que hace tiempo que no cobra”.

El DT canalla se plantó y luego fue llamado por Scarabino.