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domingo,
20 de
mayo de
2007 |
Ischia incidirá pronto en el armado de un plantel que debe crecer
Gustavo Conti / Ovación
Si la proclama es, más allá del discurso perimido de la Copa Sudamericana, sumar puntos como sea para que la temporada próxima no lo agarre mal parado, el punto conseguido por Central el viernes a la noche en La Paternal adquiere ribetes positivos. Pero si se piensa que los puntos llegan como consecuencia del crecimiento colectivo y no al revés, Ischia todavía tiene un gran trecho por recorrer. No agotará su búsqueda en este Clausura que llega a su fin y en el que el técnico tuvo relativa incidencia, pero los cuatro partidos que restan sí le puede reportar datos para elegir bien y no equivocarse a la hora de armarse para el próximo campeonato.
Claro que la realidad institucional condiciona las expectativas y limitará inexorablemente los fondos para las necesarias erogaciones. Pero tan cierto es ese panorama como que Central precisará reciclarse para volver a ser competitivo, aunque Ischia siempre apueste, saludablemente, por los jugadores del club. Y vale más aún la aseveración si el club se desprende de alguno a fin del campeonato, aunque hoy excepto Raldes (del que el club tiene el 50 por ciento de los derechos económicos) o Angel Di María si se lo apura mucho, no hay muchos que puedan ponerse el cartelito de “en venta”.
Cristian Alvarez ya hizo olvidar a Juan Marcelo Ojeda y esa fue una de las mejores noticias canallas de este Clausura, al punto de transformarse en el mejor jugador de la era Ischia, de acuerdo al promedio Ovacion . Lo demás está dividido.
Por un lado están los proyectos que han desfilado por la primera y aún no abandonaron esa definición (Damián Díaz, Tomás Costa y los muchos delanteros que jugaron), los que hace rato están como bueno complementos y necesitan logros para trascender (Moreira, Borzani, Ledesma y Calgaro entre otros) y los de más experiencia, como el Kily González y Belloso, que fueron un termómetro real de las posibilidades canallas: cuando tuvieron rendimientos altos Central generalmente ganó y cuando desaparecieron el equipo se vino a pique. Y de los refuerzos que llegaron para el Clausura, sólo Leonel Ríos pudo calificar así, aunque alternó buenas con no tanto.
Además, Ischia aún no pudo encontrar un 3 y siempre improvisó, y la apuesta de un jugar con un sólo punta definido (aunque Di María impresiona ser uno) habla de otra carencia: la ofensiva.
Central viene terminando un campeonato mediocre con todos ellos y por eso la sensación es que precisará adosar nuevos rostros para lograr la competitividad deseada. Hoy la estructura futbolística, así como está, deja dudas de poder alcanzarla. En un contexto difícil como nunca, habrá que ser muy ingenioso para acomodarla. Hasta lo que pueda incidir, se aproxima el tiempo en que Ischia tendrá la palabra.
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El equipo de Ischia no termina de crecer.
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