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 domingo, 20 de mayo de 2007  
Hábitos televisivos: falta de atención en niños y adolescentes

Mirar televisión durante tres o más horas diarias repercute en la capacidad de atención de niños y adolescentes, favoreciendo el desarrollo de diversos problemas de aprendizaje. Esta es la conclusión a la que arribaron los profesionales de la Universidad de Columbia y el Instituto Psiquiátrico del estado de Nueva York en Estados Unidos, luego de recopilar datos de 678 familias.

El estudio, dirigido por el doctor Jeffrey Johnson, consistió en la realización de entrevistas, tanto a los padres como a los niños, cuyos cuestionarios giraron en torno a los hábitos televisivos de los menores y sus problemas escolares. La investigación se extendió por casi diez años, durante los que se entrevistó a los chicos cuando tenían 14, 16 y 22 años.

En primera instancia, cuando tenían 14 años, el 33 por ciento de los chicos miraba televisión al menos tres horas por día. De acuerdo con lo expresado por los especialistas en la reciente edición de la publicación Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine, esta inversión de tiempo se tradujo en problemas de atención, distracción, imposibilidad de cumplir con la realización de la tarea escolar, malas calificaciones y rechazo generalizado a la institución escolar y la obligación de cumplir con determinas rutinas.

“Nuestros hallazgos sugieren que los niños y adolescentes que pasan gran parte del tiempo frente al televisor son más propensos a tener problemas de atención y aprendizaje, tal vez no en el momento, pero sí en el largo plazo. Asimismo, cabe destacar que esos inconvenientes persisten en el tiempo, razón por la cual es muy importante que los padres limiten la cantidad de horas que los chicos pasan frente a la tele. Entre una y dos es lo más recomendable, pero además sería ideal que vieran programas educativos y de calidad”, destacó Johnson.

Durante mucho tiempo, los investigadores barajaron hipótesis que pudieran relacionar el exceso de horas frente al televisor y las fallas en el proceso de aprendizaje. Finalmente, acordaron que mirar mucha televisión conlleva una pérdida de tiempo que podría utilizarse para la realización de las tareas de la escuela, el mismo tiempo que se trata de una actividad que, en comparación con la lectura de un libro, por ejemplo, requiere un mínimo esfuerzo intelectual.

Por otro lado, según estudios anteriores que fueron revisados durante la presente investigación, la exposición prolongada y excesiva por parte de niños y adolescentes provoca sobrepeso, obesidad y tabaquismo.

Asimismo, en el caso de que el televisor se encuentre ubicado en el dormitorio, favorece que los chicos se duerman tarde perdiendo capacidad para concentrarse en la escuela al día siguiente. “Personalmente creo que colocar un televisor en el dormitorio de un chico es un error. No obstante, también es importante que, mientras se recorta el tiempo de exposición, los padres se ocupen de que sus hijos tengan diversas opciones para emplear el tiempo libre que les deja la escuela en actividades recreativas más sanas que impliquen, preferentemente, pasar horas al aire libre y en grupo”, indicó el doctor Johnson.

Los juegos de video para utilizar con la playstation, por ejemplo, son grandes protagonistas de nuestro tiempo y como tales, inseparables compañeros de muchos niños, adolescentes y jóvenes. De poco valor educativo, algunos de ellos, además de fomentar el mal uso del tiempo y, en muchos casos, la obsesión de los chicos por pasar de nivel y avanzar en el objetivo planteado por el juego, favorecen el desarrollo de conductas violentas.

  

Otras actividades

Consultada la doctora Stella Maris Diamanti, jefa del servicio de Psiquiatría del Hospital Español, aseguró “que sin duda hay una influencia marcada no sólo de los videojuegos sino también de la televisión, que constantemente proyecta imágenes violentas que son imitadas y copiadas por los chicos”.

Asimismo, la especialista se refirió al papel de los padres y señaló que es importante controlar los contenidos y la cantidad de horas que los chicos pasan frente a la televisión o la computadora. “Si bien es difícil porque los chicos se entretienen, evitar la exposición a imágenes violentas es un proceso activo que los padres tienen que realizar”.

Una de las opciones es pasar más tiempo con los chicos y realizar cualquier otro tipo de actividad como por ejemplo leer juntos, sugiere la especialista.




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