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 domingo, 20 de mayo de 2007  
"En Sauce Viejo podría entrar un caballo a la pista de aterrizaje"
n n En esa estación aérea se robaron los cables y las lámparas del balizamiento

Torres de control con goteras en Paraná, luces de la pista que no se ven y falta de tejido perimetral en Sauce Viejo, y hasta controladores que no veían totalmente la pista en el viejo aeropuerto de Fisherton son algunos ejemplos citados por el piloto y controlador aéreo Walter Barreto, que pintan el estado de la aeronavegación argentina.

"En septiembre del año pasado llovía el techo de la torre de control del aeropuerto de Paraná, entonces mandaron un expediente para pedir presupuesto y todavía no se reparó ni les contestaron. Una torre de control brinda tres servicios: control de aeródromo, aproximación y aire. Por algo la torre es una pecera de vidrio, no podés trabajar encerrado en un segundo piso", sostuvo Barreto.

"En Sauce Viejo se robaron los cables y las lámparas del balizamiento de la pista, y los tejidos, por donde entraron. Repararon las luces, pero me parece que no pusieron las mismas porque los pilotos se quejan de que les pusieron una velitas que no se ven. Y no repusieron 150 metros del tejido, así que está abierto y puede entrar un caballo o una vaca a la pista", abundó.

Barreto recordó algunas perlas del viejo aeropuerto de Fisherton. "La torre se llovía por todos lados, los equipos eran obsoletos y el controlador no veía toda la pista. Habían remodelado todo el aeropuerto menos la torre de control. Después arreglaron todo. La torre debe ser como un estudio de radio, con paredes y techo insonorizados. Ahora Rosario es el único aeropuerto en serio del Litoral".

"En el interior, que hay mucho menos tránsito que en Baires, volar es seguro -explicó Barreto-. Pero en la terminal Baires, que tiene 55 millas, puede tener 20 o 25 aviones en una hora y hay que separarlos. Van a pasando de un controlador a otro aviones que llegan y que salen, y se hace en forma manual. Todo con información de un controlador a otro, que lleva mucho tiempo. Para eso son los famosos diez minutos de espera. Cuando uno los ve no hace falta tanta comunicación con el piloto. Los pilotos también quieren despegar cada diez minutos para no cruzarse con otro que entra. Prefieren que los pasajeros esperen y lo insulten cuando suban, y no que pase lo de Lapa o lo de Austral en Uruguay".

-¿Qué pasó en el vuelo de Austral que cayó en Fray Bentos?

-Los dos tubos pitot del avión (que informan la velocidad) no tenían calefacción, se congelaron. El velocímetro le decía al piloto que bajaba la velocidad y que iba a entrar en pérdida (de altura). Empezó a sacar los flaps. A esa velocidad voló los flaps y se enroscó.
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