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domingo,
20 de
mayo de
2007 |
En foco. El combate a la inflación
Las herramientas para frenar la inflación que llegaron de la mano del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, terminaron atropellando al propio funcionario. Mediante el control de precios, el hombre con llegada directa al presidente Néstor Kirchner logró en 2006 apaciguar las subas, con métodos muy cuestionados, como la presión directa a los empresarios, pero inicialmente efectivos.
Sin embargo, las medidas que fueron resistidas por los sectores formadores de precios de todos los rubros terminaron convirtiéndose en un volcán en erupción que amenazan con arrastrar al propio Moreno. Lo que en principio comenzó con listas de precios y negociaciones sectoriales por rango de productos luego derivó en una intervención fáctica en el Instituto Nacional de Estadistica y Censos (Indec) que mide la inflación, para evitar que los indicadores oficiales expresaran subas por encima de las establecidas en las pautas oficiales.
El fiscal de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, dictaminó que se utilizaron “artilugios” para emitir información “falsa” del Indec y pidió la separación del funcionario de su cargo. Aunque el gobierno bajó el tono a la denuncia, lo cierto es que el alfil del presidente fue perdiendo terreno en la disputa por los espacios de decisión frente a la ministra Felisa Miceli, quien puso a funcionarios de su confianza en áreas clave del organismo.
En el medio, los precios se dispararon y ya muy poco queda de la repetida foto del presidente y los empresarios firmando un acuerdo para controlar algunos productos de la canasta. “Muchos saltaron el cerco”, dijo el directivo de una alimenticia de primer nivel, lo que demuestra que “esta política de control de precios está agotada”, reflexionó. Y tal vez con ella, la estadía de Moreno en Comercio Interior.
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