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sábado,
12 de
mayo de
2007 |
Un programa pensado para que las alumnas madres no dejen la escuela
Uno de cuatro bebés que nacen en Rosario es hijo de una madre menor de 19 años, en tanto que en Santa Fe el 17 % de las embarazadas son menores de 18 años. Los datos oficiales son clave para un programa municipal que trabaja desde el 2005 para que las alumnas madres y embarazadas no abandonen sus estudios y se sientan acompañadas. Los resultados muestran números favorables a estos objetivos: mayor retención en las aulas.
A través de una beca escolar, el trabajo interdisciplinario de profesionales y la asistencia a talleres de apoyo, el Programa “Equidad educativa para alumnas madres y embarazadas” que depende del Area de la Mujer de Promoción Social de la Municipalidad de Rosario busca que estas adolescentes, de hasta 18 años, continúen su educación básica o polimodal. Hasta el 18 de este mes está abierta la inscripción para recibir este beneficio.
Para esta tarea, el programa municipal invita a las adolescentes a firmar una “carta de compromiso” por la que se comprometen a asistir a la escuela, y en ese sentido, a presentar mes a mes un certificado de escolaridad y otro de salud de su hijo o hija, además de participar en los talleres diseñados para acompañar este proceso.
“Los resultados son favorables ya que uno de los objetivos centrales es retener a las alumnas en las escuelas y eso se logra”, dice la coordinadora del Area de la Mujer municipal, Mariana Alonso. Las cifras aportadas indican que en el 2005 comenzaron en el programa 275 alumnas y al finalizar el año participaban 281 (la inscripción se mantiene abierta en función de las necesidad de las destinatarias del proyecto). En tanto que en el 2006 el número alcanzó a 383, del cual 131 habían participado del año anterior. Y de lo que va del 2007, y en la primera semana de inscripción ya se sumaron 117 alumnas.
Leyes que resguardan
Alonso indica que junto a las becas, “las apoyan en su realidad de madres y adolescentes, haciéndoles conocer que están resguardadas por las leyes nacionales y provinciales, que le facilitan la asistencia a clase, respetan el período de lactancia y a no ser discriminadas” (como las nacionales 25.273 que protegen los derechos de las adolescentes embarazadas dentro del sistema educativo y la 25.673 que promueve el Programa Nacional de Salud Sexual y Responsable; junto a la provincial 12.083/02 que protege a las alumnas embarazadas).
Programas similares al de Rosario, se aplican en la Ciudad y provincia de Buenos Aires, y en Santa Cruz. Sin embargo, lo vuelve inédito —señala Mariana Alonso— el espacio que ocupan los talleres de reflexión, donde se trabajan entre otros temas, y desde una perspectiva de género, “la identidad adolescente (desde la sexualidad y la responsabilidad), la prevención de enfermedades de transmisión sexual, noviazgos violentos, prevención de situaciones no deseadas y el disfrute de una sexualidad responsable”.
Además, ya se realizó una experiencia piloto, que promete extenderse en este año, con la inclusión de los adolescentes papás a los talleres. Sucede, tal como explica Alonso, que “la mayoría de las madres adolescentes son madres solas”. De hecho uno de los datos tomados de las alumnas que asistieron a este programa en el 2005, indica que el 90 por ciento vivía con sus padres.
La responsable del Area de la Mujer indica que el programa también pretende asistir a las adolescentes embarazadas o madres para que no se autoexcluyan de la escuela: “Más que ser discriminadas, el temor y la vergüenza las empuja a sentirse así. Por eso desde el programa se trabaja en la autoestima, junto a otras compañeras que están en la misma situación”.
Otra punta de trabajo de este programa es la de la salud del bebé, que suma a pediatras y estimuladores tempranos, además de trabajadores sociales y psicólogos, entre otros profesionales.
El programa municipal destina una beca mensual de 100 pesos, durante los diez meses que dura el año lectivo, pero las acciones apuntan a disminuir las tasas de embarazos adolescentes y de maternidad temprana.
La maternidad adolescente es otro indicador más de las desigualdades sociales de la Argentina, donde la mayor frecuencia de los embarazos se da en los sectores pobres, en tanto que el mejor acceso económico posibilita la anticoncepción y/o aborto como forma de interrumpir los embarazos no deseados de los sectores medios y altos.
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