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jueves,
10 de
mayo de
2007 |
Máxima tensión en la Casa Rosada
La Casa Rosada estuvo inmersa ayer en un tenso clima por la difícil situación en Santa Cruz, donde la represión policial a una movilización de trabajadores municipales encabezada por el intendente radical de Río Gallegos, Héctor Roquel, provocó quince heridos.
Por la mañana, el presidente Néstor Kirchner postergó por lo menos dos horas el comienzo de la audiencia programada con el intendente de Merlo, Raúl Otacehé, mientras a su despacho ingresaron en reiteradas oportunidades el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el secretario general, Oscar Parrilli.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, le transmitió los últimos informes recibidos por parte del jefe de la Gendarmería, comandante Héctor Schenone.
El clima en el área presidencial, según contaron varios testigos, era de tensión y se exhibían caras circunspectas por la delicada situación en la provincia natal de Kirchner.
Por la tarde, el presidente se reunió en Olivos con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y poco antes de las 18 regresó a la Casa Rosada.
Como ocurrió por la mañana, Kirchner lució ofuscado, aunque en ningún momento se transmitió información oficial sobre la agenda presidencial o sobre el desarrollo del conflicto.
Portavoces del Ministerio del Interior dijeron que los efectivos policiales intentaron evitar el ingreso de los trabajadores municipales al centro de la ciudad de Río Gallegos con máquinas motoniveladoras y camiones. Además, adujeron que se produjo un "enfrentamiento" porque los manifestantes quisieron traspasar el cordón policial.
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