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 domingo, 06 de mayo de 2007  
Panorama político
Alta suciedad

Por Mauricio Maronna / La Capital
Campaña sucia, cortinas de humo, guerra de declaraciones, insultos. Nada nuevo, salvo la nubazón que parecía posada sobre la ciudad de Buenos Aires y ahora comienza a expandirse como una mancha venenosa en la provincia de Santa Fe.

Ante el estupor general (incluso desde sectores del socialismo) la precandidata a vicegobernadora Griselda Tessio inició semanas atrás las acciones hostiles con una infeliz metáfora, más propia de un Estado escaldado por la violencia tribal que de una provincia que transitó durante los últimos años el camino de la racionalidad. Palabras más, palabras menos.

Aquella cita nerudiana respecto a que el Frente Progresista "tiene la poesía" y el justicialismo "las armas" encontró con la guardia baja a los muchachos peronistas, inmersos en una interna demasiado extensa en el tiempo, poco atractiva y casi limitada a la pesca con mediomundo de presidentes comunales, intendentes y punteros barriales.

La ex fiscal clavó la segunda puñalada alertando sobre el riesgo de fraude en las elecciones de septiembre, una acusación nada liviana y muy poco poética. Logró dos efectos inmediatos: que el peronismo dejara por un momento sus diferencias de lado e hiciera fila para contestarle y que la UCR, por medio de Felipe Michlig y Juan Carlos Millet, aparezca por primera vez tras el cierre de lista con la cara pintada para ir a la guerra.


Enemigos íntimos
Están tirando la toalla porque saben que van a perder Cualquier lector desacostumbrado al día a día de las novedades políticas atribuiría esa aseveración a un peronista ofendido Pues no fue el presidente del radicalismo quien linkeó los dichos de Tessio con una supuesta pérdida de intención de votos en las encuestas Millet precandidato a vicegobernador terminó de dejar en claro cuáles son las motivaciones de los ex aliados al prometer una feroz oposición al Frente Progresista si Binner gana las elecciones Todo vuelve en la política hasta esa máxima que reza Las cuestiones no resueltas preparan su propia venganza

El viernes, casi en el mismo momento en que una alta fuente socialista confiaba a La Capital que las declaraciones de Tessio eran producto de su falta de conocimiento respecto a lo que significa una campaña política y que había que llamarla al orden, el mismísimo Binner les enrostró a los peronistas críticos que no eran precisamente "un coro de ángeles".

De boca del ex intendente partieron las efemérides del corte de luz en el 83 y de las urnas flotando sobre el río poco años más tarde. Las palabras (y no las cosas) parecen ir formateando un cuadro similar al de 2003 cuando el PS reclamó la presencia de veedores internacionales, los que desembarcaron en Santa Fe con viáticos frondosos y tan desconcertados ante la realidad política local como Gastón Sessa en el área penal.

La voz cantante en el peronismo la lleva el diputado provincial obeidista Mario Lacava, casi desconocido en Rosario. Anteayer, Rafael Bielsa comparó a Tessio con Rafa Di Zeo por su estilo de "barrabrava". ¿Hay algo nuevo más allá del abrupto cambio de estilo de la fórmula opositora a la hora de declarar? Este diario tuvo acceso a un sondeo cualitativo de más de mil casos fuera de Rosario que confirma algunas tendencias: los presidentes comunales e intendentes traccionan votos en la interna hacia Rafael Bielsa o Agustín Rossi según su núcleo de pertenencia, la imagen del gobernador alcanzó su pico más alto y Binner ya aparece en enclaves donde hasta hace poco tiempo no lograba penetrar.

Lo que sí sorprende es el altísimo nivel de intención de voto del presidente Néstor Kirchner en la cuenca sojera, con índices que tocan el 70%, la imagen casi intacta del senador Carlos Reutemann y la escasísima performance que se augura para Roberto Lavagna y Ricardo López Murphy. Sin llegar a los dos dígitos, Elisa Carrió sigue siendo para los santafesinos del interior la opositora más seductora. Demasiado poco para enfrentar la frondosidad del voto kirchnerista.


Elector rosarino
En Rosario Binner capitaliza entre el 53 y el 57 por ciento de las voluntades por lo que el análisis político debe abrevar en algo ya escrito en esta columna para retener el poder Kirchner Obeid Reutemann Bielsa y Rossi deberán mostrar que forman parte del mismo equipo El jefe del Estado según dejan entrever fuentes oficiales está poco preocupado por Santa Fe en el momento en que todo indica que su candidato a jefe de Gobierno porteño Daniel Filmus no ingresará siquiera al ballottage

La Capital adelantó en exclusiva hace varias semanas que la desesperación oficial por las buenas mediciones de Jorge Telerman tras su alianza con Carrió llevó a que uno de los principales miembros del gabinete se reuniera en secreto con Mauricio Macri para reconstruir los puentes dinamitados.

Ahora, con todos los diarios sobre la mesa, no es una tarea engorrosa saber que a esa movida le han encendido los focos. "El Flaco tendrá que superar esa tendencia a querer violarnos cuando estamos dispuestos a hacerle el amor", conjeturó un diputado nacional justicialista, guardándose una ficha para que aparezca el romanticismo político de Kirchner. Parece más fácil que nieve en primavera.

Con la macroeconomía pegando respingos, los precios internacionales haciendo guiños favorables y una oposición consumiéndose cada vez más en su hoguera de vanidades, el presidente a veces se entusiasma en querer "chocar la calesita" (Jorge Asís dixit). La escandalosa operación para ocultar las imprevisibles consecuencias del caso Skanska, la pelea con la Iglesia, el derrotero del camionero más loco del mundo, que derrapó unos metros antes de la hipercustodiada residencia santacruceña del jefe del Estado en la militarizada Río Gallegos y el inentendible blindaje que se le ofrece al impresentable Luis D'Elía son pequeños lunares que, si bien hoy no generan grandes costos políticos, a futuro pueden convertirse en una multitud de lunares.

En Rosario, el buen intendente Migue Lifschitz empieza a sufrir los sofocones de un año en el que la lucha por mejores salarios dominará el escenario. Tuvo que desprenderse de la siempre correcta y disciplinada secretaria de Salud, Mónica Fein, tras un paro de los Médicos Autoconvocados que, al menos, querían recibir emolumentos similares al de los colectiveros.

Extraño país la Argentina: la mayoría de los profesionales asalariados en cargos no gerenciales tienen como utopía lograr acuerdos como los que se rubrican en los gremios del transporte. "Esto va para atrás", cantaba Moris en la década del 70. La canción, 30 años después, sigue siendo la misma.


El choque
En el plano político todo parece indicar que el rival a vencer por el intendente será Héctor Cavallero quien tuvo un buen paso por el Palacio de los Leones Conocedor al dedillo de los puntos altos y bajos de la actual gestión el Tigre se pega cotidianos baños de pueblo en los barrios marginados y aduce sentir miedo por el estado de las cuentas municipales

Todos los postulantes dejaron de lado los capítulos del libro que hablan de acciones propositivas a la hora de encarar la tarea proselitista. Prefieren las campañas negativas, siempre al borde de convertirse en sucias.

Estudios realizados sobre la última elección presidencial norteamericana (a los que accedió el Centro de Estudios para la Nueva Mayoría) confirmaron lo que venía sucediendo desde comicios anteriores: los mensajes negativos tienen un nivel de recordación de siete a uno respecto a los positivos. La campaña sucia puede servir para elevar la suma de votos y conseguir un mejor lugar en la marquesina de los medios, pero siempre desgastando la imagen y credibilidad de la dirigencia.

Si se borrara del inconsciente colectivo el desastroso gobierno de Fernando de la Rúa, podría recordarse el interrogante que planteaba el spot televisivo lucubrado por Ramiro Agulla cuando el menemismo se caía a pedazos: "¿Alguien está pensando en la gente?". Los santafesinos, pese al beneficio cortoplacista antes reseñado, no están ávidos de escuchar denuncias al voleo o respuestas crispadas.

Ni poesía ni armas, lo que es imperioso conseguir es una mejor manera de hacer política. De acuerdo al background preelectoral, parece que la ley de lemas no era el único demonio que impedía alcanzar esa meta.

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