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domingo,
06 de
mayo de
2007 |
Al ballottage. Nicolas Sarkozy promete vivificar una sociedad paralizada por la falta de iniciativa
"Sarkó" sepulta el Mayo Francés
El candidato de la derecha viene a terminar con 40 años de mitos políticos y culturales
Hermann Tertsch
Muy grande será la sorpresa si al final de la jornada no es Nicolás Sarkozy, el nada conservador candidato de la derecha, el nuevo presidente de la República Francesa.
Francia puede estar a punto de poner fin a una V República que ha sido incapaz de adecuarse a las demandas del nuevo mundo, atenazada como ha estado por mitos políticos y supersticiones culturales, tiranías sindicales y gremiales y una ya crónica fatalidad en la elección de sus jefes de Estado.
Sólo el socialista François Mitterrand logró generar en su día tantas expectativas de cambio genuino y profundo en las anquilosadas estructuras de la administración y en una sociedad paralizada por el victimismo y la autocompasión, la falta de iniciativa, la dejación de responsabilidades y la falta de incentivos.
Más de veinticinco años después de aquella andadura mitterrandista que concluiría en un corrupto lodazal, existen indicios claros de que una mayoría de los franceses cree llegada la hora de abrir un nuevo capítulo de cambio radical y acabar con los lastres y prejuicios que desde hace cuatro décadas impiden el debate real y veraz sobre los problemas ciertos de la sociedad.
La mordaza cultural
Sarkozy ha llamado a romper esta mordaza que es la hegemonía cultural de la izquierda que desde 1968 es en la práctica dogma de Estado y que el oportunismo equilibrista del presidente saliente Jacques Chirac jamás pudo o quiso poner en cuestión
Su rival, Segolene Royal, socialista más bien tradicional, quemó el miércoles sus últimos cartuchos en un debate televisivo que nadie parece creer que pueda haberla beneficiado. Su rival volvió a dejar en evidencia que más allá del "charme" que la llevó a ganar las primarias socialistas y a despertar grandes entusiasmos iniciales, la candidata no solo tiene inmensos huecos en su conocimiento general del funcionamiento de la administración y la economía sino también considerables problemas de carácter.
Paralelos con ZP.No
por casualidad no son sólo sus partidarios los que ven similitudes entre ella y el presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero Con las mismas formas del buenismo autoritario del que hace gala el socialista español Royal asegura que todos los franceses sufrientes o con problemas serán felices bajo su mandato pero no tolera que se le pidan explicaciones sobre la forma de hacerlo y financiarlo
Su forma de descalificar e interrumpir al adversario que osa cuestionar sus propósitos o métodos suele surtir efecto en los mítines. Pero le resultó claramente perjudicial en el debate televisado, según todos los analistas. Los sondeos posteriores revelaban unánimes un aumento de la ventaja de Sarkozy.
La herencia a enterrar
Y comprobada la agresividad de que han hecho gala los adversarios de Sarkó en general de existir voto oculto éste muy previsiblemente sería suyo
En su último mitin en Montpellier, Sarkozy declaró la guerra al legado de Mayo de 1968, que con sus dogmas del antiautoritarismo y el igualitarismo reduccionista, es el origen de la catástrofe educativa en especial y causa de muchos de los graves problemas que aquejan a la sociedad francesa y europea en general: "Nos quedan dos días para liquidar la herencia del 68. Dos días para renunciar a la renuncia. Dos días para que todo sea posible".
Son las de hoy unas elecciones fascinantes cuyo resultado, sea cual sea pero muy especialmente si se cumplen las expectativas, provocará olas expansivas mucho más allá de las fronteras de Francia.
Paternalismo vs mérito
En Francia se enfrentan dos candidatos y dos políticas clara y rotundamente diferenciadas y enfrentadas con una izquierda galopante sobre el sentimentalismo caritativo y el conservadurismo de la corrección política de los esquemas político-culturales de los pasados cuarenta años y una derecha que intenta liberar nuevas fuerzas por medio de la liquidación del paternalismo del Estado y el fortalecimiento de la autoestima individual por la incentivación del mérito y el esfuerzo pero también por el fortalecimiento de la seguridad ciudadana y la reactivación de los valores de la sociedad abierta occidental frente a movimientos culturales o religiosos hostiles a los mismos l
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