Yo creo: "Ser o no ser cool, esa es la cuestión"

Rodolfo Bella / Escenario

Britney Spears volvió a cantar. ¿Y qué? Por momentos parecen legión los que apuestan a sus excesos. En un segundo puesto queda su recuperación o lo que sea que ella quiera hacer con su vida y su carrera. La música -rock, pop, jazz, blues, etcétera- como también el cine, el teatro, la industria, el comercio y la horticultura, tienen también, quizás, sus personajes excesivos, pero es en la música donde suenan las notas más agudas. El rock estuvo desde siempre asociado a la desmesura. Figuras como Janis Joplin, Jimi Hendrix o Jim Morrison se transformaron en íconos sagrados. Así lo demuestran los devotos y devotas que hicieron del cementerio Pere Lachaise un lugar de peregrinación hacia la tumba del ex líder de The Doors. Britney volvió a cantar. La chica, que conoció tours millonarios, lo hizo sólo con cinco temas en un escenario reducido. Después del divorcio, las borracheras con Paris Hilton y el bochorno mediático, tuvo una actitud humilde: cuando terminó, agradeció a quienes la escucharon, como si le hicieran el favor de tirarle una cuerda en ese intento de sacar la cabeza fuera del agua. ¿Qué hace que algunos artistas tengan un destino tan trágico? Algunos parecen condenados a ser los intérpretes del mundo. Pero el mundo, a veces, habla en otro idioma. Con los primeros 70 el sueño hippie se esfumó. Quizás no sea casualidad que Joplin, Hendrix y también Morrison, hayan muerto con pocos meses de diferencia. También que los Beatles se disolvieran. Los 60 habían sido un largo sueño del que había que despertar. Cuando lo hicieron nada era igual. Al desconsuelo había que ponerle otra música que trajo otro tipo de excesos. Pasado el tiempo, algunos, como Britney, quieren zafar de lo que los podría haber llevado a la tumba. Claro que ahora no falta quien la culpe de sobrepeso y poca elegancia. Pero cuando encarnaba a la Barbie virgen y cantante, tampoco estaba bien ¿Por

qué algunos excesos son cool,

casi un pasaje a la gloria, y otros no?