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sábado,
28 de
abril de
2007 |
Los museos de arte de Rosario y una invitación a construir nuevas miradas
A través de los departamentos de educación diseñan propuestas pensadas para distintos públicos
¿Cómo hacer que los bienes culturales no sean patrimonio de un único y exclusivo público? Desde hace un buen tiempo los Museos de Bellas Artes Juan B. Castagnino y de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro), a través de sus departamentos de educación, trabajan sobre esta pregunta y diseñan estrategias para acercar a los niños, adultos y familias.
En estos diseños, las escuelas ocupan un lugar privilegiado. Quizás, porque son los espacios ideales a través de los cuales muchos chicos tienen la posibilidad de acercarse al patrimonio cultural que, en este caso, reúne obras de los maestros del arte argentino, europeo y de artistas rosarinos contemporáneos.
Eugenia Calvo es artista plástica y licenciada en Bellas Artes y Paulina Guarnieri profesora en la materia, con un posgrado en acción cultural. Una y otra dirigen los departamentos de educación del Macro y del Castagnino, respectivamente. Y entre sus principales desafíos figura permitir nuevas miradas sobre los espacios que se ofrecen a los alumnos, jóvenes y adultos.
Para esta tarea, y tal como explica Guarnieri, el Departamento de Educación y Acción Cultural del Castagnino desarrolla “una política de públicos, destinada a atender a las necesidades de quienes ya frecuentan el museo y otra para atraer nuevos públicos”. Este proyecto vale tanto para el Macro como para el Castagnino, “luego será el perfil de cada museo lo que determine lo específico de cada actividad propuesta”, agrega Calvo.
Una y otra coinciden en que la escuela es clave en la tarea de acercamiento. El desafío se duplica si se trata de que los chicos luego lleguen por su cuenta o traigan a sus familias a disfrutar del mismo recorrido. Para lograr esta química, las visitas escolares se diseñan atendiendo a las diferentes edades, y dando mucho lugar al juego y a la creatividad.
En esta tarea las especialistas señalan que es clave el papel que cumpla el docente. Por eso sugieren que es importante que los mismos se involucren antes en el recorrido que harán sus alumnos, y por sobre todo que luego continúen el trabajo en el aula con nuevas ideas.
También figuran actividades de formación para los docentes. Un ejemplo es el curso “La caja de herramientas”.
“Necesitamos apuntar más hacia los docentes ya que los niños no tienen problemas con el lenguaje contemporáneo, por el contrario los atrae muchísimo. Son los adultos los que muestran más resistencia sobre ciertas obras contemporáneas, quizás porque no lo entendemos”, dice Paulina Guarnieri.
Una de las tareas que se dan estos departamentos es diseñar recorridos no tradicionales. “Se trata de pensar en nuevas lógicas para mostrar las obras, no necesariamente siguiendo un orden cronológico o ciertos movimientos estéticos”, dice Guarnieri.
Para cumplir con este fin, el trabajo del curador de museos es esencial. Según señala Eugenia Calvo, “contamos con curadores externos, que trabajan sobre la misma colección para repensarlas, mostrarlas de diferentes maneras”. Y en esa idea es en la que se apoyan para pensar las visitas de los escolares, para abrir las posibilidades a construir nuevas narraciones.
En esta misma línea se inscribe la actividad “Curador polimodal”, que propone que los adolescentes hagan sus propios proyectos de muestra sobre una misma colección.
El sentido de pensar en iniciativas atractivas a los distintos públicos, en particular hacia los chicos y adolescentes, va más allá del propio límite que impone el museo y del disfrute estético. “Sirve para todos los campos, no sólo para el arte, tiende a lo relacional y a alimentar el espíritu crítico”, afirma al cierre de la charla Eugenia Calvo.
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Fotos
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Paulina Guarnieri y Eugenia Calvo, responsables de educación del Castagnino y Macro.
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