Voces a favor y en contra

El debate es de vieja data para los rosarinos. Desde que el microcentro se liberó para los coches particulares en setiembre de 2002, se hicieron oír voces a favor y en contra de la medida que ya se prorrogó varias veces y así se sostendrá hasta octubre próximo, después de las elecciones.

A favor están el municipio, la mayoría de los concejales y los comerciantes. Sostienen que así se recuperó el centro, que venía de capa caída. En contra, taxistas y colectiveros, y ediles del ARI y del Frente para la Victoria. Dicen que la liberación volvió caóticas las calles del sector delimitado por San Luis, San Lorenzo, Corrientes y Maipú.

Para el presidente de la Asociación Amigos de la Peatonal Córdoba, Nelson Graells, los comerciantes necesitan que el centro continúe liberado. "Tal vez haya que controlar más las doble filas. Pero suspender la medida, no; necesitamos que el centro tenga vida", señala el empresario.

En la vereda de enfrente, el concejal del ARI Carlos Comi dice que el interés de los comerciantes no puede prevalecer por sobre el de la mayoría de los ciudadanos. "Fui el único concejal que no acordó el año pasado otorgar una nueva prórroga. Los gases provocados por los vehículos perjudican la salud y deterioran las viviendas más valiosas de la ciudad, ubicadas en el casco antiguo", sostiene.

Desde el Frente para la Victoria, Fabio Gentili recuerda que presentó el año pasado el proyecto de Reestructuración Circulatoria del Area Central. El plan duerme desde hace seis meses en la comisión de Servicios Públicos y nunca fue tratado por el oficialismo, que es mayoría. La idea apunta a que haya calles exclusivas para el transporte público, playas de estacionamiento subterráneas, que se coloquen cámaras para la prevención de accidentes, y que se revea el estacionamiento medido, un servicio por el que el municipio recauda entre 18 mil y 20 mil pesos mensuales al gerenciarlo en 19 cuadras del microcentro (en el resto está en manos privadas).

Para la directora de Tránsito, Hebe Marcogliese, el estacionamiento medido "dosifica" el caudal de vehículos porque apunta "sólo" a que la gente se detenga a realizar un trámite rápido (el tiempo máximo de estacionamiento es de 3 horas y se cobra 1,20 peso cada hora). Gentili dice que ese sistema tiene viso "recaudatorio".