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domingo,
08 de
abril de
2007 |
La oscura trama del negocio de la trata de personas
Un aceitado esquema recluta jóvenes en distintas provincias para llevar a los burdeles
Andrés Abramowski / La Capital
que también existe en la Argentina. Y Santa Fe es una de las provincias donde se reclutan personas para alimentar esas redes, según un reciente estudio cualitativo que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) realizó en Argentina, Chile y Uruguay, en el marco de una campaña que la entidad lleva adelante para combatir esta forma de esclavitud moderna.
El estudio, un trabajo de campo que combinó datos reflejados en la prensa y causas judiciales con entrevistas a instituciones, tratantes y víctimas, apunta a desmenuzar cómo funcionan estas complejas redes en los últimos años. Y concluyó que en la Argentina la trata interna predomina sobre la internacional, que también existe, y que las provincias de Misiones, Santa Fe y Tucumán "son esencialmente proveedoras y los lugares de destino por excelencia son Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y la Patagonia".
Esquema
Según el informe las redes de explotación sexual tienen un esquema de tres etapas reclutamiento en el lugar de origen transporte y acogida en el lugar de destino Esto permite que una mujer secuestrada en La Rioja pueda ser explotada por un fiolo en whiskerías del sur cordobés y luego vendida a un prostíbulo en Santa Cruz ejemplifica el informe
Sobre esa base, hay tres tipos de tratantes: reclutadores, proxenetas y regentes de prostíbulos, aunque una misma persona puede cubrir todas esas actividades. Las redes también se nutren de "actores secundarios": remiseros que apoyan a los reclutadores, empleados de empresas que facilitan el transporte o líneas de celulares "seguras", falsificadores de documentación y funcionarios que hacen la vista gorda.
Casting
Para el reclutamiento la metodología puede variar entre el engaño y el secuestro según la zona y la situación socioeconómica de las víctimas A veces los dueños de los prostíbulos viajan a otras provincias mandan a empleados o bien se valen de comisionistas Generalmente son personas que ofrecen trabajo como domésticas cocineras o niñeras con gastos de viaje cubiertos aunque al llegar a destino las chicas suelen enterarse de que además de que el trabajo no es el ofrecido ya están endeudadas con sus patrones ver aparte
La relación de dominación en estas redes es tal que no faltan los casos en los que los mismos reclutadores trabajan bajo coacción, como las prostitutas que son enviadas a captar chicas por patrones que las mantienen amenazadas con dañar a sus familias. Otra modalidad frecuente es la de los castings convocados con avisos en los medios que apelan al enriquecimiento veloz.
Pero el engaño no siempre tiene una pantalla laboral. Una técnicas muy popular entre proxenetas es la del "enamoramiento", una forma sutil de dominación. Si bien algunos sostienen que "fiolos eran los de antes", esta figura que alude al hombre que explota a una o varias mujeres sin tener un local propio cumple un papel importante en algunas zonas. "En el mundo de la trata se le reconoce un verdadero derecho de propiedad sobre su mujer", dice el informe sobre los también llamados "maridos". Ese vínculo sentimental es reforzado, cuando hace falta, teniendo hijos que son incorporados al mecanismo de coacción.
Vedados
Prohibidos por la legislación argentina y bajo nombres eufemísticos que van de cabaret a hamburguesería los prostíbulos son el destino final de las mujeres explotadas En ellos las modalidades de explotación varían sobre la base de que la circulación de las mujeres por distintas provincias achica las posibilidades de escape y esa es una de las claves para que las redes conserven la impunidad necesaria para existir El sistema de plazas por ejemplo permite que los proxenetas alquilen sus mujeres a los prostíbulos por plazos de entre una semana y 45 días Esa rotación además de renovar la oferta de los burdeles impide que las víctimas entren en confianza con gente que las termine ayudando
En estos casos, la mujer recibe por su trabajo lo necesario para su comida e higiene, y el resto del dinero es entregado a su "marido" cuando la pasa a retirar. Si la mujer llegara a escapar o si estuviera enferma o mal alimentada, el regente tiene que indemnizar al fiolo pagando una "multa".
Pero no todas las mujeres tienen "marido". Están las que se llaman "locas sueltas", que no pertenecen a nadie y, por supuesto, chicas que fueron engañadas o secuestradas y las que no dejan abandonar el lugar. Pero más allá de las distintas situaciones, todas son víctimas de una misma lógica que impera tanto en los burdeles como en los otros puntos de la red: esa que combina todas las miserias humanas a favor de un negocio que crece al amparo de ser invisible. A veces, por saber ocultarse, pero también porque nadie quiere mirar. l
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