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sábado,
07 de
abril de
2007 |
Los filipinos llevan al extremo el recuerdo de la Crucifixión
Varios cristianos fueron crucificados por su voluntad el Viernes Santo sobre el monte polvoriento de una aldea filipina para reproducir la muerte de Jesús en un acto que congrega a miles de turistas y espectadores.
El rito es muy esperado en la localidad de San Pedro Cutud en la ciudad de San Fernando, unos 70 kilómetros al norte de Manila.
En esta ocasión, siete devotos fueron unidos a cruces de madera con clavos de 10 centímetros de largo mojados en alcohol para evitar infecciones. Las crucifixiones tuvieron lugar después de un recorrido de 1,5 kilómetro por el monte.
Entre los penitentes de cada año en San Pedro Cutud estaba Rubén Enaje, un comerciante de 46 años de edad, quien fue crucificado por vigésima primera ocasión en Viernes Santo.
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