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sábado,
07 de
abril de
2007 |
Casa en Puerto Roldán: punto de encuentros
ESta vivienda del arquitecto Sergio Tibaldi está compuesta por un armónico juego de volúmenes que sirve para agrupar las funciones. La piedra actúa como contrapunto y transimite solidez con un concepto integrador
La casa está ubicada en un barrio privado, en un lote con vistas francas al lago náutico. Responde en principio a una vivienda alternativa para ser habitada los fines de semana y en el período de verano. Y se pensó a futuro la posibilidad de una ampliación para pasar a convertirse en una vivienda permanente.
El verde que se funde en el horizonte, el lago, el encuentro con la familia y los amigos, son datos provocadores que generaron el concepto de una casa abierta a todas estas vivencias.
Esto se tradujo en la utilización de generosas aberturas y paños vidriados, aleros, galerías y pérgolas que permiten abrirse y generar espacios intermedios sobre las mejores orientaciones y visuales.
No fueron ajenas al diseño las orientaciones menos favorables, donde las aberturas reducen su superficie y aparecen revestimientos-parasoles de madera que aumentan el aislamiento térmico arrojando sombra sobre los muros.
Mediante un juego armónico de volúmenes que agrupan las funciones se logró un diálogo único en cada frente de la casa. La piedra, roca de mármol travertino, actúa como contrapunto transmitiendo solidez y peso, pero adhiere al concepto integrador generando volúmenes y muros que se leen tanto en el exterior como en el interior.
La economía que implica una casa de estas características llevó a racionalizar al máximo la superficie de los locales y la utilización de materiales de bajo mantenimiento. El más sobresaliente de estos recursos fue incorporar la función "quincho" en el mismo estar-comedor.
De esta manera se logró materializar el concepto inicial de integrar la arquitectura a la naturaleza para crear espacios, ambientes y situaciones que permiten disfrutar del descanso y el encuentro.
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