Año CXXXVII Nº 49435
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
Información Gral
El Mundo
Policiales
Educación
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Estilo


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 01/04
Mujer 01/04
Economía 01/04
Señales 01/04
Educación 31/03
Salud 21/03
Página Solidaria 21/03

contacto
servicios
Institucional

 sábado, 07 de abril de 2007  
¿2015 o 2017?: la práctica de extender las metas

En el 2000, el Foro Mundial de la Educación reunido en Dakar estableció el compromiso de alcanzar para el 2015 seis metas clave de Educación Para Todos (EPT), que van desde la atención a la primera infancia, que todos los niños y niñas cursen y terminen sus escuela, la educación de jóvenes y adultos, el aumento de adultos alfabetizados en un 50 %, la supresión de las diferencias de género y hasta el mejoramiento de la calidad de la educación. El foro estuvo organizado por cinco agencias internacionales: Banco Mundial, Fondo de Población de Naciones Unidas, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, la Unesco y Unicef. Tenía la tarea de presentar la evaluación de lo realizado durante la década del 90, dentro de la iniciativa de EPT lanzada en 1990 en Jomtiem (Tailandia) y definir el rumbo de las metas no alcanzadas.

Dos años más tarde a Dakar, en el 2002, 34 países de América latina y el Caribe suscribieron en Cuba el proyecto regional conocido como Prelac, en apoyo a la EPT y que a su vez establece cinco focos estratégicos de atención prioritaria para la región con una vigencia de 15 años, al igual que el acuerdo de Dakar.

Sin embargo y como si se tratara de una especie de “moratoria educativa” en América latina y el Caribe los tiempos se estiran conformes a lo establecido en la primera reunión de ministros, allá por el 2002. Ya no se habla entonces de Educación Para Todos para el 2015 para estas naciones, sino para el 2017.

La práctica de estirar las metas y renovar de manera permanente los acuerdos para mejorar la educación no es novedosa. En el 2000, un grupo de educadores e investigadores latinoamericanos: Pablo Latapí (México), Sylvia Schmelkes (México) y Rosa María Torres (Ecuador/Argentina) elaboró ún documento conocido como “Pronunciamiento latinoamericano por una educación para todos”. El texto fue difundido en Dakar y con el tiempo logró reunir más diez mil firmas, que representas más de un millón si se considera que muchas firmas representan a organizaciones.

Hoy este Pronunciamiento continúa circulando dentro y fuera de América latina, y es divulgado a través de sitios web, boletines electrónicos, revistas y demás publicaciones; además de haber conformado una verdadera comunidad educativa en la red.

Pero el valor de este texto es el de haber advertido en su momento por un lado la necesidad de dar una mirada propia a estas metas mundiales, pero además llamar la atención sobre la renovación cíclica de promesas: “Igual que otras regiones del mundo en desarrollo, América latina ha visto desfilar una larga lista de pronunciamientos y declaraciones, de compromisos y metas que se reiteran, incumplen y postergan cíclicamente. A menudo, los planes se superponen unos a otros, sin solución de continuidad, o bien se manejan de manera paralela, sin coordinación entre sí”, dice el texto del Pronunciamiento luego de recordar que en Dakar se constató las metas ya incumplidas y fijadas 10 años antes, en Jomtiem.


enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Notas Relacionadas
Tarea para los ministros: hacer de la educación de calidad un derecho de todos


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados