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sábado,
07 de
abril de
2007 |
El Vía Crucis de la plaza se trasladó a la catedral
Las escenas de la pasión y muerte de Jesús se revivieron con emoción anoche en la catedral. El Vía Crucis del Viernes Santo se representó con luz, sonido y teatralización conformada por vestuario y escenografía de época. La lluvia aguó la intención de hacerlo en la plaza 25 de Mayo y sus inmediaciones por lo que hubo que comprimirlo dentro del templo.
Así y todo, la actuación se llevó a cabo ante la presencia del arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan, quien siguió atento cada alternativa.
La puesta se estuvo preparando desde noviembre último "con muchos efectos especiales y hasta caballos; una producción hermosa", sostuvo Jorge Paleari, responsable del Movimiento Evangelio de Caná (MEC), la agrupación que organizó la realización.
No obstante, se logró trasladar todo lo posible a la catedral desde donde los fieles siguieron las alternativas del camino de la cruz actuado sobre tres plataformas.
"Hubo que adaptarlo a último momento", sostuvo Paleari mientras aún lloviznaba en la ciudad y en la plaza habían quedado algunas otras tarimas donde se iba a hacer la representación que obligaría al público a trasladarse para ver los distintos pasajes.
El Vía Crucis se prolongó durante aproximadamente una hora y 20 minutos con un relato en vivo mientras los actores mostraban la última cena, la crucifixión de Jesús, o el momento en que era azotado y le colocaban una corona de espinas. Cristo, personificado por un joven de barba y cabello largo, mostraba marcas de sangre mientras lo golpeaban antes de ser entregado Pilatos. Luego, este último se lavaría las manos.Por momentos, los feligreses entonaban cantos eclesiásticos.
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