Año CXXXVII Nº 49415
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores
La Región
Mundo digital



suplementos
Economía
Ovación
Escenario
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 11/03
Mujer 11/03
Economía 11/03
Señales 11/03
Educación 10/03

contacto
servicios
Institucional




 domingo, 18 de marzo de 2007  
Cataratas del Iguazú
La niña bonita del noreste argentino
Las "aguas grandes", junto a la flora y fauna, son un festival de colores para turistas de todo el planeta

Las cataratas del Iguazú son sin duda la niña bonita de la provincia de Misiones y unos de los primeros atractivos naturales más imponentes de la Argentina y por que no decir, de América. Junto con el Parque Nacional Nahuel Huapi en la Patagonia, es uno de los sitios más frecuentados por los turistas.

En guaraní, el término Iguazú se traduce como “aguas grandes”. Fueron descubiertas en el año 1541 por el adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca. En 1984, la Unesco las declaró como patrimonio natural de la humanidad.

Ubicadas dentro del Parque Nacional Iguazú, a unos 20 kilómetros de la ciudad Puerto Iguazú al norte de la provincia, comparten sus saltos con Brasil. En este vecino país, el río nace en el estado de Paraná. Luego de recorrer unos 1.200 kilómetros por una meseta, absorbiendo el caudal de los afluentes que se topa en su camino, llega a un punto donde una falla geológica forma una grieta en la llanura. Como si una gigante pala se hubiera hundido en la tierra separando sus lados.

Sólo que en este corte, coincide con el paso de un río. Un río que viene recorriendo una geografía tranquila, sin demasiados sobresaltos, que de a poco encuentra en su transitar, una seguidilla de saltos. Y de repente 80 metros de desnivel la convierten en una violenta sensación de vértigo. La Garganta del Diablo, una montaña rusa en su mayor descenso, combinada con un constante tronar ensordecedor que se sumerge en lo más profundo de la asfixia, para luego mansamente, desembocar a pocos kilómetros en el río Paraná.

Una de las varias leyendas cuenta de la existencia de una serpiente gigante “Boi”, la cual vivía en el interior del río. Para aplacar su ferocidad, los aborígenes una vez por año sacrificaban a una dama arrojándola a las aguas como ofrenda hacia la bestia. En una de esas ofrendas un valiente guaraní raptó a la doncella elegida para salvarla del tradicional rito, escapándose en canoa por el río. Boi al enterarse de la osadía entro en cólera y encorvando su lomo partió el curso del río, creando así las cataratas y de este modo separó a ambos indígenas.



Recorriendo las pasarelas

El visitante encontrará más de 270 saltos a lo largo de los acantilados e islotes, repartidos en una media luna que forma este accidente geográfico. Desde el centro de visitantes, los senderos se pueden recorrer a pie o se puede optar por un pintoresco trencito a combustión a gas.

Básicamente se la puede conocer a través de dos circuitos. Uno inferior y otro superior. En el inferior se llega a la base de los saltos, la fuerza del agua transformada en rocío o vapor terminan mojando a los concurrentes. Pero la experiencia es única, vale la pena animarse a la aventura. También desde este circuito se puede tomar un bote con destino a la isla San Martín. En el superior, el paseo es más sedentario. Vistas panorámicas desde las pasarelas y los miradores hacen de la estadía una experiencia inolvidable.

A lo largo de nuestra visita podremos conocer los siguientes accidentes: Salto Floriano, Deodoro, Benjamín Constant, Unión, Escondido, Mitre, Belgrano, Rivadavia, Tres Mosqueteros, Dos Mosqueteros, San Martín, Adán y Eva, Bozzetti, Ramirez, Chico, Dos Hermanos y Alvar Núñez, entre otros.

Dentro del recorrido, saliendo de la estación Cataratas, se llega a la pasarela que atraviesan el río superior. Luego de caminar por ella se arriba al borde del balcón de la Garganta del Diablo, el salto de agua más grande de todos.



Sensaciones

La sensación de pequeñez es como pocas y por más que saquemos millones de fotografías de este rincón, nunca se logra expresar con imágenes lo vivido en este lugar. El caudal es tan grande y su densidad tan vertiginosa, que uno se siente vulnerable frente a este particular escenario.

Dentro de los atractivos del parque, para aquellos que disfrutan del turismo aventura, se puede acceder a una serie de recorridos un poco más activos. Más allá de los saltos y cascadas ya mencionadas, la selva propone una serie de alternativas distintas. Un entorno más húmedo y un poco más fresco hace que sea propicio para el desarrollo y crecimiento de una amplia variedad de flora y fauna. El equilibrio natural hace que haya una la alta cantidad de alimentos, por consecuencia la fauna es también muy variada. Casi 500 especies de aves, alrededor de 80 de mamíferos, una gran variedad de reptiles, peces, insectos y mariposas habitan en este ecosistema.

A pocos metros del centro de investigaciones se encuentra el Sendero Macuco. Sendero peatonal que atraviesa la selva espesa de unos tres kilómetros de largo con diversos grados de dificultad.

La caminata se puede hacer en forma particular y demanda dos horas. Al final del sendero nos encontraremos con el salto Arrechea.

Un prestador privado ofrece una alternativa un poco más audaz. Saliendo en un móvil 4x4 descapotable recorreremos unos ocho Kilómetros dentro de la selva, para llegar a orillas del río inferior. Gomones semirígidos con potentes motores fuera de borda nos estarán esperando para remontar el río. Saltando y sorteando los rápidos llegaremos al pié de los saltos y de esta forma hacer el bautismo de las cataratas del Iguazú. La proa de estos semirígidos se acercarán a tal punto de casi meterse adentro de la cortina de las cascadas.

A su vez también se puede abordar un gomón a remo en el Iguazú superior, el cual nos permitirá observar más detenidamente la flora y la fauna que forma este delta. Con un poco de suerte podremos avistar tortugas de agua y yacarés asoleándose en la costa.

En fin, Iguazú es un entorno muy particular. No en vano Horacio Quiroga se inspiró en estos rincones argentinos para escribir sus “Cuentos de la Selva”.



Gran aventura náutica

Llegando al Parque Nacional Iguazú el visitante tiene la posibilidad de pasar un dia entero a pleno con la naturaleza. Comienza por el circuito Garganta del Diablo. Luego al finalizar el recorrido de la pasarela embarca en el Floating. Finalizada esta etapa el pasajero podrá tomarse una hora de descanso para disfrutar del almuerzo en cataratas.

Luego continuará con el recorrido del circuito inferior donde al llegar al puerto, embarcará en la aventura náutica. Dependiendo del interés del pasajero y el ritmo con que realice el recorrido tendrá la posibilidad de cruzar a la isla San Martín y luego continuar hacia el circuito superior donde habrá finalizado sus actividades.

De esta manera se zarpa desde el Puerto Canoas embarcando en gomones a remo. El recorrido es de tres kilómetros por el delta del rio Iguazu Superior.

Por tratarse de un circuito poco transitable y de bajo impacto ambiental permite que los visitantes tengan la posibilidad de avistar fauna y poder apreciar la flora del lugar en total armonía con la naturaleza. La partida es desde la estación Garganta del Diablo y tiene una duración de 30 minutos aproximadamente llegando al Puerto Tres Marias.

La gran aventura comienza al embarcar en vehículos 4x4 para realizar una travesía de ocho kilómetros por el sendero Yaccaratía cuyo recorrido permite al visitante, acompañado del guía, apreciar la flora y fauna del Parque Nacional (pudiendo ver palmitos, palmeras, palo santo, araucárias y maripiosas, entre otros).

Antes de llegar al puerto existe la opción de recorrer una parte del sendero a pie. Llegando al Puerto Macuco luego de equipar a cada visitante con su chaleco salvavidas comienza la aventura en gomones semirígidos de doble motor por los rápidos del Iguazú Inferior, donde a toda velocidad se produce el mayor acercamiento a los saltos, produciendose así el “imperdible bautismo” del cual todos intentan congelar las mejores imágenes llenas de agua y energia. Terminando así el recorrido se vuelve al puerto luego de una hora con 20 minutos aproximadamente de pura adrenalina.

La aventura náutica comienza frente a la isla San Martín donde se embarca en gomones semirígidos de doble motor para emprender la navegacion por el delta del rio Iguazú Inferior. Los marineros expertos en la zona le dan al pasajero la posibilidad de acercase a escasos metros de las cascadas, sensación única e imperdible que dura 15 minutos y se recuerda toda la vida.

En el Camino de los Pioneros, todos los visitantes pueden tener la posibilidad de realizar un safari diferente, recorriendo 20 kilómetros por el Sendero Yacaratia Grandel. El mismo se encuentra cerrado al tránsito de vehículos particulares evitando así la alteración del medio ambiente. Comenzamos el safari embarcando en un Jeep 4 x 4 que simplificará la dura travesía que tenían los antiguos pioneros para llegar a las Cataratas.

hormiga tigre, de tres centímetros de largo, o captando el vuelo de un tucán que se asoma entre un ejemplar de palmito, estimulando la observación y participación del grupo en esta aventura.

Habiendo explorado una porción de la virgen tierra colorada, el pasajero se llevará la vivencia de haber palpado la jungla con todos sus sentidos.



Parque Nacional Brasil

Desarrollo: Se parte del hotel rumbo al Parque Nacional Brasileño Pozo Preto en horas de la mañana, luego de arribar al centro de visitantes, se continúa el camino recorriendo unos siete kilometros hasta llegar al punto de partida de la jornada. Se desciende del bus y se camina unos 200 metros por un sendero de madera elevado a 30 centímetros del suelo dentro de la selva.

Aquí se llega a un pequeño claro donde se embarca en mountain bike convencional o eléctrica realizando un camino de nueve kilómetros y medio dentro de plena selva subtropical (desde el inicio acompañará un cuatriciclo con un carro con asientos y porta bicicletas, para los que no quieran andar en las mountain bike o se cansen en el camino).

Al término de este sendero, llegamos a un refugio donde tomamos energía, o un breve relax o simplemente para intercambiar experiencias. Un puente colgante nos llevará a un sendero de 500 metros para visitar la Laguna de los Yacarés y el Mangrullo de observación de aves (a 10 metros de altura). Retornando de dicha observación se llega al río Iguazú donde se embarca en lanchas con capacidad de 20 a 30 pasajeros cada embarcación (en esta parada hay sanitarios), donde a medida que se navega se observan los diferentes aspectos de la selva.

Luego de cuatro kilómetros de navegación remontando el río, se observa la Isla de los Papagayos, pasando por una muy leve corredera. Aquí la aventura toma nuevamente cuenta de la travesía, ya que se embarca en ducks (canoas inflables) y se recorren dos kilómetros a remo por aguas mansas y rasas (2 metros de profundidad), donde al término de esta travesía festejarán, los que así lo deseen, con un zambullido en el Virgen Rio Iguazú.

De regreso a la potente lancha, recorriendo ocho kilómetros y aprovechando estos 15 minutos para un aperitivo, se llega al Puerto de Bananeiras. Aquí se toma nuevamente energía (infraestructura completa, baños, bar) para luego embarcar en Jeep 4 x 4 recorrriendo dos kilómetros en plena selva, apreciando la gran flora y fauna, dando fin a esta travesía en selva virgen, y llegando con estos Jeep hasta el primer mirador de las Cataratas del Iguazú, para así comenzar la visita a la ocatava maravilla de mundo.

Campo de Desafíos: Se parte del hotel rumbo al Parque Nacional Brasileño en horas de la mañana, luego de arribar al centro de visitantes, se continúa camino recorriendo unos 18 kilómetros hasta llegar al punto de partida de nuestra emocionante jornada.

En el campo de desafío, ubicado en las márgenes del rio Iguazú (200 metros pero a 80 metros de altura). Aqui es donde se comienza a demostrar las destrezas en plena selva, realizando las actividades de arborismo, tirolesa, muro de escalada y rappel, dejando como broche de oro el emocionante raftting en el rio Iguazú.

El arborismo es un atractivo sin igual, ya que combinará todas las emociones en una misma actividad y poder apreciar la selva desde 10 metros de altura. Una vez bien equipados, una muy cómoda escalera lleva al primer nivel de árboles (cinco metros) y desde allí se comienza a transitar de árbol en árbol a través de caminos de troncos, cuerdas de acero y rieles.

La tirolesa es el cierre espectacular del arborismo, ya que cuando se llega al final del recorrido se puede descender por escalera o a través de arneses desde unos 10 metros de altura.

El muro de escalada poseeuna secuencia de paredones con varios grados de dificultad, desde muy fáciles hasta los más difíciles, pudiendo el visitante escojer el lugar desde donde se desee realizar la escalada.

El muro tiene una altura de siete metros y en él están fijadas varios agarres artificiales que simulam una roca natural de escalada con tamaños que varían de pequeñas a grandes. Tambiém presentan variaciones de inclinación, formando “techos” y áreas llamadas “negativas”, lo que ofrece varios grados de dificultad al participante.

   En el rapel el visitante seguirá a través de un sendero suspendido por dentro de la selva de 360 metros hasta la plataforma de rapel. El descenso es a partir de la plataforma con 55 metros de altura y la vista más espetacular de las Cataratas del Iguazú, teniendo centímetro a centímetro, un panorama y sensación única que merece ser vivida.

    Para la prática de esta actividad todos los visitantes recibirán información de guías especializados, que irán a repasar todas las instruciones y normas de seguridad.

   El raffting en el rio Iguazú consiste en navegar rio abajo aproximadamente cuatro kilómetros. Su inicio es muy próximo a las Cataratas con una vista magnífica para estos impresionantes saltos. Las correderas son consideradas de nível medio (classe III), accesible a personas de todas las edades.



Paseos panorámicos

El floating es un paseo que consiste en realizar un recorridor por un sendero de 1,6 kilómetro, que puede recorrerse a pie o en bicicleta (convencional o eléctrica).

   Los amantes de la naturaleza también pueden pasear por pequeñas lagunas donde se puede realizar avistamiento de pájaros de hábitat acuático y exuberante vegetación.

   En el lugar se podrán observar especies de fauna y flora nativas del Parque Nacional del Iguazú. El paseo comprende navegación en embarcaciones bimotores por el alto del río Iguazú, llegando al muelle para realizar el embarque y posterior desembarque en el Pozo Negro.

Los aventureros también tienen la opción de visitar la Casa de la Selva, ubicada en la intensa vegetación a más de 10 metros de altura. El retorno será por el Puerto Bananeras o por el Puerto Canoas, siempre acompañado por guías especializados.






enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Vértigo en el río. Luego de recorrer algo más de 1.200 kilómetros a través de mesetas, las aguas del Iguazú caen en picadas por saltos de hasta 80 metros de altura.


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados