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 domingo, 18 de marzo de 2007  
La destrucción de libros y los dramas de la historia
"Biblioclastas", una reflexion sobre la censura cultural de la dictadura, se presentará en el teatro Saulo Benavente

El próximo viernes 23, a las 21, se estrenará en Rosario la obra de teatro “Biblioclastas”, de Jorge Gómez y María Victoria Ramos, que aborda la destrucción de libros y el plan sistemático de censura cultural implementado por la última dictadura militar. La función tendrá lugar con entrada libre y gratuita en el Teatro Saulo Benavente, Alem 3078, y cuenta con la organización de la Asamblea de Socios por la Recuperación de la Biblioteca Vigil y el auspicio de la Secretaría de Cultura de la provincia.

   ”Biblioclastas” fue estrenada en marzo de 2006 en la ciudad de Buenos Aires y tuvo su origen en la publicación de “Un golpe a los libros”, de Hernán Invernizzi y Judith Gociol. Participó en las muestras del Centro Cultural Recoleta y de la Universidad Nacional de Quilmes por los homenajes a 30 años del golpe, en el Pasaje Dardo Rocha de la Ciudad de la Plata y en el Programa Bibliotecas para Armar de la Secretaría de Cultura de la Ciudad. Además, desarrolló una gira por el interior del país y cerró en la Biblioteca Nacional el Concurso Latinoamericano “Fernando Báez” sobre Bibliotecología, Documentación, Archivística y Museología organizado por el Conicet, la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) y la Biblioteca Nacional.

   “Hay un ambiente aterrador en «Biblioclastas» que conmueve, y no son pocos los testigos del memoricidio argentino que han llorado al ver la obra y recordar el contexto: la psicopatía de los represores, la banalidad que estimulaba la afición por el fútbol como distracción del país de entonces y la singular aproximación a una retórica inquisitorial que consagraba la violencia como argumento”, señaló Fernando Báez, autor de “Historia universal de la destrucción de libros” (2005).

   En la obra, “el tema es ineludible porque trae a la memoria episodios conocidos durante la época de la dictadura en Argentina, pero al mismo tiempo introduce con profundidad psicológica el ritual de la quema de libros”, agregó Báez, quien a la vez recordó que “el bibliocausto, que es el nombre que se da a la quema masiva de libros, ha sido representado numerosas veces en el teatro. Unas veces de forma parcial y otras de forma total. Recuerdo, por ejemplo, «Almanzor» de Heinrich Heine, una pieza de 1821 donde hay un diálogo inimitable entre Almanzor y Hassan sobre la combustión de El Corán en Granada. Hassan dice: «Allí donde queman libros, acaban quemando hombres». La frase se ha convertido en una cita que fue una anticipación de lo ocurrido el 10 de mayo de 1933, cuando los nazis quemaron miles de textos”.

   “Biblioclastas” tuvo los auspicios de las Secretarías de Cultura de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires. Fue declarada de interés cultural y educativo por la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires.
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