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domingo,
18 de
marzo de
2007 |
"Le pegaron entre tres y lo esposaron"
"Venga que le muestro las marcas que tiene mi hijo en las muñecas de las esposas que le pusieron cuando lo golpearon", dijo ayer a La Capital la mamá de Ezequiel Arce. La mujer reclamaba justicia en la cochería de Entre Ríos al 2600.
En el velatorio del pibe que en agosto iba a cumplir 18 años había tres personas que estuvieron con él en Mogambo. Sabrina, de 22 años, Andrea, de 24 y Martín, de 25, coincidían en su relato. Estaban en el boliche cuando se desencontraron con uno de sus amigos y, junto con Ezequiel, empezaron a buscarlo. Pero en un momento un patovica agarró por detrás al pibe y lo sacó a los golpes del lugar.
"Le pegaron entre tres. Uno era un tipo muy alto y pelado bocha. Llevaba gorrita negra y una campera de jean. Otro era gordo, de 1.70 metro, de pelo corto y con un buzo gris. Y el tercero era pelado bocha y tenía tatuajes en los brazos", contó Sabrina.
"Cuando Ezequiel estaba en el piso, como se movía mucho, lo esposaron y le siguieron pegando hasta que sólo movía las piernas. Entonces le sacaron las esposas y lo dejaron tirado. Cuando uno de los chicos les gritó que dejaran de pegarle, el de buzo gris se tocó la cintura como quien lleva un arma y lo invitó a ir a la esquina", agregó la joven.
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