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 domingo, 18 de marzo de 2007  
Roger Waters hizo vibrar a miles de fans en el tributo a Pink Floyd

Buenos Aires- El músico británico Roger Waters realizó el primero de los dos conciertos en el estadio de River Plate, donde concretó un tributo a la mítica y legendaria banda Pink Floyd.

En un estadio colmado, Waters ejecutó anoche en su repertorio temas emblemáticos de sus discos “El lado oscuro de la luna” y “The wall”, creados para la formación que compartió con David Gilmour (guitarra), Nick Mason (batería) y Rick Wright (en teclados).

En el concierto, que comenzó a las 22.08, como es habitual en el músico, abundó en referencias a las políticas del presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, y se refirió a los conflictos por las Islas Malvinas, en el Atlántico Sur y Beirut.

La escenografía mostró una onda retro y el público, mientras esperaba el inicio del show, pudo seguir en la pantalla imágenes de una radio Telefunken, la mano de un hombre fumando y tomando whisky, recorriendo el dial con temas de los '60, '70 y de otras épocas.

Con una formación que incluye a su hijo Martin en teclados, el músico desplegó su repertorio en un marco en el que incluyó abundante, estridente y candente pirotecnia, efectos de luces y sonido cuadrafónico, con importante escenografía que ostentaba tres pantallas de alta definición, una de ellas en el fondo del escenario.

Waters se despedirá esta noche de Buenos Aires, ciudad que visita por segunda vez, esta vez en el marco de la gira mundial “Dark Side of the Moon”, en la que ofrece sus creaciones, obras cumbres de la mítica banda británica de rock progresivo y la psicodélica de las décadas de su formación.

El bajista, acompañado por sus músicos con instrumentos de los 70 con tecnología actualizada, recordó canciones del grupo británico como “In The Flesh”, con el que abrió su show, a la que le siguieron “Mother”, y otros clásicos como “Wish you were here”, acompañadas por imágenes en las pantallas que rememoraban aquellas épocas de la legendaria banda.

Uno de los momentos culminantes fue cuando surgió en escena el cerdo inflable gigante, que recorrió por el aire el campo de juego, sobre el público, y que ostentaba leyendas sobre cuerpo como “Kafka rules. Ok” y “Encierren a Bush antes que nos mate”.

Otras frases fueron: “Miedo. Construye. Muros” ubicada en los cuartos traseros del rosado globo gigante.

En el pecho se leía “Libertad al fin”, y del lado derecho se pintó: “Videla.Galtieri.Thatcher.Bush, todos dan asco”, leyendas sugeridas al músico antes de su presentación, mientras Waters y su banda interpretaban “Sheep”.

Además, el enorme globo con forma de cerdo tenía cubierto el lomo con graffitis de con consignas locales como: “¿Dónde está Julio López? Desaparecidos. Nunca más”, y una línea punteada sobre el cuello del muñeco con la frase “Corte aquí”.

En el segundo tramo del recital y tras un intermedio, Waters, de muy pocas frases al público, agradeció y dio la bienvenida al inicio de su recital, ejecutó completa su obra “El lado oscuro de la luna”, disco que en 11 años permaneció entre los 200 mas vendidos en el mundo.

Así pasaron “The Dark side of de Moon” (1973), “Speak to me”, “Breathe”, “On the rum”, “Time”, “Breathe” (reprise)“, ”The great Gig in the Sky“, ”Money“, ”Us and them“, ”Any colour you like“, ”Brain damage“ y ”Eclipse“, acompañados por videos.

Para el último tema colgaron del techo frente al escenario una enorme pirámide de que surgían humo y dos rayos láser, recreando el legendario prisma que decoró la tapa del álbum.

En los bises Waters hizo entrar a jóvenes que presentó con la frase en castellano: “Ahora le damos la bienvenida al coro de chicos de River”, recibidos con aplausos.

Los coreutas lucían una remera negra con la leyenda “El miedo construye paredes” y acompañaron a Waters en el estribillo de “Another Brick in the Wall” (parte II de The Wall-1979), tema al que le siguió “Bring the Boys Back Home” (1979) y el cierre fue con “Comfortably Numb” (The Wall-1979).

“Gracias. Son un público maravilloso”, dijo Waters mientras se despedía de los enfervorizados seguidores, en un concierto que convocó a la familia y el cual los padres, esta vez, llevaron a sus hijos. (DyN)
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