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 domingo, 18 de marzo de 2007  
Los colectiveros confiesan por qué siguen de largo

Ayer a las 6.30, choferes del turno noche de las líneas que transitan por bulevar Rondeau y otros que recorren el centro accedieron a contar por qué no se detienen en ciertas paradas y por qué desvían en determinadas calles incumpliendo el recorrido.

Pusieron como condición los conductores que se les reserve el nombre y la empresa para la que trabajan. La Capital aceptó porque los testimonios develan otro costado del problema; la publicación del nombre y apellido del chofer, por otra parte, desataría la inmediata sanción de la empresa o la Municipalidad, encargada de ejercer el poder de policía.

Las palabras de los distintos protagonistas están entrelazadas, pero la línea argumental puede ser seguida sin complicación.

Dijeron los colectiveros: "Veo un pibe y me fastidio; todos los pibes me fastidian; los que están borrachos y los que no. Se amontonan en las paradas para no pagar; para subir todos y forrearte. Yo, cuando puedo, no les abro la puerta pero a veces el timbre -alguien que tiene que bajar-, o el semáforo, me complican. Llegan a cruzar los contenedores de basura para que paremos; o a pararse delante del colectivo con los brazos abiertos".

Los choferes avanzaron: "Es verdad que a veces pibes más bandidos roban al pasaje, y que la gente se pone a llorar. Pero los que van a la disco no son los peores. Los peores son los que van a la cancha. El otro día me detiene el semáforo y en la esquina estaba una viejita: se bajaron y la vaciaron, cartera, bolso, campera, todo. La mujer, de bronca, tiró el celular que fue a caer adelante del colectivo. Corrieron como corren los perros el bocado de carne, y el que lo levantó, lo alzaba como un triunfo. Y uno los tiene que llevar a la cancha".

"La empresa sabe que no frenamos en las paradas. Y que desviamos el recorrido, por ejemplo evitando Salta, que a la altura de Lagos se pone de lo peor. Y también Paraguay más al centro, porque a las siete de la mañana del domingo lo que sube es pesadísimo; van para la zona sur. Entonces los evito tomando por España. Si bien está el guiño de la empresa, el riesgo del chofer es enorme. Primero porque algún pasajero se te puede molestar, a veces son laburantes. Segundo, porque si ocurre un accidente la aseguradora te va a decir: «Señor, usted iba por un trayecto incorrecto». Yo no le veo solución al tema. Los pibes están desbandados y todo es un quilombo".
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