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sábado,
17 de
febrero de
2007 |
San Valentín
sin festín
Nunca me hubiera imaginado que iba a pasar una noche de San Valentín al borde de la ruptura y por culpa de otros; es decir, en este caso del coqueto restaurant Fosse de nuestra ciudad donde mi novio había depositado sus ilusiones de festejar nuestro último año de noviazgo ya que en pocos días estaremos casados. Y digo al borde de la ruptura, porque la desatención, indolencia y falta de respeto del que con los otros comensales presentes fuimos objeto, no me había ocurrido jamás. Sencillamente lograron que discutiera con mi novio por haberme llevado a un lugar donde más que un restaurant que se había preparado para la ocasión, nos trataron como si fuéramos refugiados que íbamos a recibir en algún impreciso momento, un plato de una olla popular. Ya prácticamente no era más el día de San Valentín y no habíamos probado bocado, ni hablar del espectáculo y el show: no había sencillamente nada: apenas dos mozos que deambulaban avergonzados entre los reclamos de la gente. Agreguemos que no se trataba de una broma de ribetes dadaístas ni del consejo de un enemigo acérrimo del amor, sino de una de las ofertas más caras ( $140 por pareja) de las que se promocionaron para esta fecha. En fin, un papelón absoluto si pensamos en una ciudad que se proyecta al turismo nacional e internacional. Además, ni pensar en cómo hubiese sido mi historia si en vez de tratarse de mi última cena de novia se hubiese tratado de la primera...
María López,
DNI 30.074.077
[email protected].
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