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lunes,
15 de
enero de
2007 |
Rechazan excarcelar a cinco policías presos por un crimen
n n Están imputados por el asesinato de un joven en un patrullero y el posterior encubrimiento
La Plata.- El juez de Garantías plantense Néstor De Aspro rechazó ayer un pedido de excarcelación para los cinco policías bonaerenses detenidos por el crimen de Darián Barzábal, asesinado de un tiro en la nuca el miércoles pasado cuando lo trasladaban en un patrullero de la comisaría de Los Hornos. Los policías seguirán presos, uno por homicidio y los otros cuatro por encubrimiento agravado.
El más comprometido es el sargento Santiago Regalía, acusado de haber efectuado el disparo mortal. Los otros son el sargento Christian Gutiérrez, el teniente primero Iván Adrián Martínez, el teniente Lucas Antonio Oyarzábal y el segundo jefe de la seccional 3ª de La Plata, capitán Carlos Morales.
Fuentes judiciales indicaron que Gutiérrez pidió ampliar su declaración indagatoria ante los fiscales del caso y brindó detalles de una reunión en la que otro de los imputados sugirió plantar un arma para justificar el balazo que recibió Darián. Es que en su primer indagatoria, el policía condujo el móvil en el que Barzábal fue asesinado, había dicho que Martínez lanzó la frase "vamos a plantar un perrito", en referencia al revólver calibre 32 que se usó para encubrir la acción del acusado de realizar el disparo. Esa frase, según la última versión del chofer, fue dicha cuando volvía en el patrullero hacia la seccional, tras dejar al chico herido en un hospital.
Arrepentido
Si bien Gutiérrez dijo lo que para él es la verdad dijo un investigador eso no lo exime de la responsabilidad penal porque lo dijo luego de haber sido detenido Ahora sería como un arrepentido
El presunto caso de gatillo fácil ocurrió la madrugada del 10 de enero, cuando el policía Luis Dorato descubrió que dos jóvenes habían ingresado, con presuntos fines de robo, a su casa de Los Hornos y detuvo a Barzábal. Tras avisar a la seccional, una patrulla de la comisaría 3ª de La Plata concurrió al lugar para trasladarlo.
La Justicia determinó que el joven murió dentro del móvil al recibir un disparo en el parietal izquierdo presuntamente efectuado por el sargento Regalía. Tras la muerte, en el móvil se halló un revólver calibre 32 secuestrado en un procedimiento de octubre de 2006, lo cual implica que ese arma fue "plantada" para avalar la versión de que el menor la escondía, pretendió fugar y debió ser reprimido. El caso originó días atrás un enfrentamiento entre la policía y los vecinos del joven asesinado. l (Télam)
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