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lunes,
15 de
enero de
2007 |
Reflexiones
La educación no se toma vacaciones
Laura Hojman
Este verano, a pesar del receso escolar, pareciera que la educación no quiere tomarse vacaciones. Todo indica que el año lectivo se inició.
Tanto por la carrera salarial de los sindicatos docentes, como por las expresiones de funcionarios, pedagogos y especialistas respecto a la aplicación de la nueva ley, el debate por la reforma de otras normas, el pedido del combate contra la exclusión y el mejoramiento de la calidad de la enseñanza.
Más allá de la indiscutible responsabilidad del Estado nacional y los provinciales respecto al cumplimiento y aplicación de la nueva ley de educación, distintos exponentes de la enseñanza comenzaron a hacer sus propios aportes para la inclusión y el mejoramiento de la calidad.
El ministro de Educación Daniel Filmus, en su desdoblado rol de funcionario y candidato para conducir la Ciudad de Buenos Aires, intenta compatibilizar la reglamentación de la ley de educación nacional, que le espera este año, con el discurso político electoral, que seguramente está forzado a pronunciar.
No obstante ello, ya reinició sus caminatas pro fomento de la lectura en la costa Atlántica, y le espera en las próximas semanas presidir el plenario de los ministros del Consejo Federal de Educación (CFE).
Con ellos acordará cómo será en las jurisdicciones el pasaje de la reforma educativa a una estructura unificada; el cumplimiento de la inversión para el 2007 para llegar al seis por ciento del PBI en educación al 2010; las bases para la conversión del secundario obligatorio, y la generación de un ámbito de diseño de políticas para el país en el seno del CFE.
También le espera al ministro, antes del inicio de clases, fijado en la mayoría de las jurisdicciones para el 5 de marzo, un encuentro acordado con la gravitante conducción de Ctera, para fines de enero o principios de febrero.
De ese encuentro, algunas versiones sindicales descuentan que surja un nuevo aumento de sueldos para los maestros, que los "ceteristas" piden se unifique en todo el país en un básico de entre 1.100 y 1.200 pesos.
Este posible acuerdo permitiría comenzar el ciclo 2007 sin conflictos -al menos en lo salarial- fundamentalmente en distritos numerosos como la provincia de Buenos Aires -que alberga al tercio de alumnos, escuelas y docentes del país- donde el año escolar finalizó con siete huelgas por motivos salariales.
Habrá que ver en este receso también como preparan sus refacciones y nuevas obras de infraestructura escolar jurisdicciones como la provincia de Buenos Aires (principalmente en el conurbano bonaerense), Santa Fe, Río Negro y otras que tradicionalmente sufren problemas todos los años por tener algunos establecimientos en condiciones inhabitables para los alumnos.
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