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 domingo, 03 de diciembre de 2006  
Torneo de llorones y mezquinos

Faltar a la verdad para defenderse es cosa de una gran pobreza moral. Esto es lo que hizo Pasarella, el DT de River, cuando Boca, en la reanudación de aquel partido suspendido goleaba a Gimnasia en La Plata. Lo extraño es que no dijo lo mismo cuando su equipo vencía a Boca, en el Monumental por 3 a 1. Hasta aquí era todo fenómeno, después, cuando perdía la oportunidad de pelear por la punta, diría que el torneo debía suspenderse y que había corrupción, cosa que tampoco dijo cuando defendía la camiseta de River como jugador y que no faltaron los que opinaban que a su equipo siempre se le daba una mano. Recordemos que por algo parecido se tuvo que ir Castrilli del arbitraje. En el fútbol cada cual atiende su juego. Y gritan cuando creen que los afanaron y se hacen los tontos cuando su equipo mete la mano en los bolsillos de los otros clubes.

El que lloró todos los partidos y hasta tuvo ataques de histerias fue Pumpido, otro que, como Passarella, falta a la verdad para defender su incapacidad para resolver los problemas tácticos del equipo. De los 17 primeros partidos jugados en el Apertura, ganó solamente 3, hizo apenas 18 goles y le hicieron 24. ¿Puede tener tan poca vergüenza que culpa de esta campaña a los árbitros?. Además, y esto no habla bien de su manejo con el plantel, la cirugía que se hizo después del clásico habría sido por sugerencias del jefe de la barra brava. Pero no solamente protestó todos los fallos, si no que mostró una gran mezquindad en el planteo y nunca tuvo la iniciativa en el juego. Su equipo hizo la misma cantidad de goles que Quilmes, el último de la tabla con solo 6 puntos. Es muy difícil que un equipo ligue algo, cuando su táctica renuncia al manejo de la pelota.

Hoy Boca puede ser campeón, cuando aún queda por jugar una fecha más. Y no es casualidad que el otro que está en carrera es Estudiantes de La Plata, que utiliza la misma estrategia que el equipo de La Volpe. Tampoco es casualidad que Boca le haya hecho 7 goles a San Lorenzo y los de Simeone a Gimnasia en el clásico platense. Y estas cosas se producen porque meten dos hombres de punta y llegan siempre con cinco al área rival y muchas veces en el partido sorprenden con los defensores centrales en pelotas en movimiento. Los dos tienen posibilidades por que sus técnicos no son mezquinos. No sería descabellado pensar que Boca está dos goles arriba de cualquiera de los que participan en el torneo apertura. Salvo que ocurran algunos de los imprevistos que nunca faltan en el fútbol, hoy puede dar la vuelta olímpica. Si esto ocurriera, será mérito de los jugadores, pero hay que reconocer a Ricardo La Volpe, que no solo termina aplaudido por la temida Doce, si no que sus muchachos juegan mejor que con Basile.

Y para que lo tomen como ejemplo muchos técnico, no salio a quejarse por ningún resultado adverso, y tuvo el coraje de juntar a todos los jugadores en el vestuario, cuando la cosa no venía bien y les dijo: "¿Ustedes me quieren voltear?" y esto en Boca no es fácil y menos con la hinchada en contra.

Juegan lo que tienen que jugar no los que quieren las barras. Es de esperar que este torneo observado y criticado por muchos que no tuvieron la capacidad de resolver los problemas tácticos de sus equipos, tomen los ejemplos de Boca y Estudiantes, quienes buscaron el triunfo en la cancha no en las protestas y en los escritorios, y demostraron que para ser campeón hay que jugar bien y fueron los mejores. l
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